1. Ser una princesa
Tenemos que admitirlo: a todas nos cautivó la típica historia de amor de Disney. Ser una princesa, con un bonito y vaporoso vestido rosa, un reino a nuestros pies, un palacio inmenso y, por qué no, un príncipe azul guapo, inteligente, bueno, gracioso, bohemio, deportista, solidario... ¡Momento de despertar!
2. Volar
Sí, ya desde pequeñas éramos una viajeras intrépidas (al menos con la mente). ¿Recuerdas cuánto deseabas volar como tus superhéroes favoritos?
3. Que tu mascota pudiese hablar
Babe, el cerdito valiente marcó nuestras vidas de una forma irremediable. ¿Quién no imagino que algún día su perro se iba a lanzar a decir su primera palabra? No lo niegues, hasta te pareció entender algo entre sus ladridos...
4. Tener poderes mágicos
Algunas soñábamos que un día nos llegaría una carta de Hogwarts diciéndonos que, efectivamente, teníamos poderes e ingresaríamos en la escuela de magia más famosa de todos los tiempos. Pasados los años, el 'wilgardium leviosa' nunca dio sus frutos y se nos quedó esta cara:
5. Vivir dentro de tu serie favorita
Pudieron ser los Pokémon si naciste en los 90 o Scooby Doo si creciste en los 80. Todos hemos querido vivir dentro de las series de dibujos de nuestra infancia.
6. Tener una habitación de película
Efectivamente, una casa del árbol y la habitación de Punky Brewster formaban parte de ese hábitat en el que nos hubiese encantado vivir.
7. Conocer a tus ídolos
Era tan emocionante imaginarte compartiendo escenario con los Backstreet Boys... Reconozcamos que ya desde pequeña ibas apuntando maneras y buen gusto, por qué no decirlo.
8. Que un genio te concediese 3 deseos
Aladdin nos hizo mucho daño. ¿Cuántas veces imaginamos cuáles serían los tres deseos que le pediríamos al Genio?
9. Poder ser cuanto imaginases
Aunque no fueses flexible, tú estabas segura de que serías una bailarina. Y, a pesar de que comenzase a llover cada vez que entonabas una canción en la ducha, nadie podía destruir tu sueño de ser cantante. Por suerte, una vez que te hiciste mayor, descubriste otras muchas de tus habilidades.
10. Vivir en una casa de chocolate
Daba igual cuantas veces te hubiesen contado la historia de Hansel y Gretel, tú seguías soñando con esa casa con paredes de caramelo y fuentes de chocolate...
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