Cuando te quieras dar cuenta habrá llegado el Blue Monday y con él todo un aura de negatividad que te pondrá el año cuesta arriba. Pensarás entonces que es imposible hacer realidad tus propósitos. ¿Quién dijo que dejarías de fumar en 2017? Ríete ahora de esos kilos de más que pensabas perder antes de que llegase el verano. Eso por no hablar de todos los súper planes que tenías en mente y que la cuesta de enero te va a impedir cumplir. Todo parecerá demasiado negro en ese preciso instante pero tranquila, nosotras vamos a tomárnoslo con humor y sobre todo, no vamos a ser demasiado exigentes con nosotras mismas. ¿No crees que ahí puede estar la clave?
1. Empezar en la cresta de la ola
Día 2 de enero. Te sientes capaz de todo, vas a conseguirlo. Ya has llenado la casa de post it que te recuerdan tus propósitos y has leído unos cuantos artículos sobre cómo conseguirlo. ¡Vamos, el mundo es tuyo, nena!
2. ¿Adelgazar? ¡San Valentín ya está aquí!
Le acabas de echar un vistazo al calendario y enero está a punto de terminarse. Llevas un par de semanas alimentándote a base de las sobras y retales de la Navidad y en 15 días el subidón de azúcar de San Valentín. ¿Será marzo un mal mes para comenzar a adelgazar?
3. Abandono y traición
Tu amiga del alma te había prometido ir juntas al gimnasio dos días a la semana. Tu chico se había apuntado a eso de comer más sano después de Año Nuevo. Sí, los dos se han rajado... ¡Malditos traidores!
4. Abanderada de la pereza, esa eres tú
Pero, no te engañes: no estás sola en esta carrera de fondo que es cumplir los propósitos de Año Nuevo. La pereza es siempre tu más fiel aliada...
5. La cuesta de enero es una realidad
Sí, en tu cabeza había muchos planes: clases de inglés, matrícula del gym, viajazo en verano. Miras tu cartera y el sentimiento de vacío te invade. Tú que habías soñado con un enero así:
6. Demasiada gente ha pensado lo mismo que tú
Finalmente rompes la hucha de los ahorros y tienes para la matrícula de un gimnasio low cost. ¡Venga, ya lo tienes! Si no fuese porque tanta gente ha pensado lo mismo que tú, todo iría viento en popa. Pero estás tranquila: hay opciones.
7. ¡Mañana empiezo!
Tus familiares y amigos te preguntan qué ha pasado con tu propósito de dejar de fumar. Ya estamos en abril y tú ahí sigues encendiendo un cigarro tras otro. Entonces, una vez más vuelves a repetirles: ¡mañana lo dejo! (y nadie más que tú se lo cree).
8. Te das cuenta de que tus objetivos no eran nada realistas
Han pasado muchos meses desde que aquel inocente dos de enero plagaste tu casa con post it de buenos propósitos. ¿Eres tú o tu antigua yo era demasiado optimista?
9. Etapa de arrepentiemiento
Pasado septiembre todo va hacia abajo. Tu ánimo también. Un año más, tus propósitos han sido un desastre. ¿Y qué hago yo ahora? Ya no tengo tiempo de nada. ¿Qué he estado haciendo todos estos meses? ¿¡¡Qué!!?
10. Pero... ¡Si ya es diciembre otra vez!
Antes de llegar a este último punto, aún tenemos doce meses por delante. Cumplamos o no nuestros propósitos, ¿qué crees que nos deparará el nuevo año?
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