Pocas piezas han conseguido perdurar a lo largo de los años y convertirse en auténticos iconos. Es imposible no asociar el tweed a Chanel o los mocasines a Gucci. Y lo mismo ocurre con los vestidos con forma “wrap”, asociados siempre a Diane Von Furstenberg, ahora ya hace más de 40 años.
En los setenta, Diane estaba casada con el príncipe belga Egon von Furstenberg y había dejado atrás su carrera como modelo, para dedicarse al diseño de moda. Su estatus le permitió entrar en los círculos más exclusivos de Nueva York y dar a conocer sus diseños. Tras varias colecciones caracterizadas por la sencillez en las líneas y en los acabados, Diane tuvo la gran idea: unir el top con la falda. Así nacía el “Wrap Dress” o vestido envolvente. Un sencillo vestido sin botones ni ojales; solo tela que se cruza y te envuelve, y se sujeta anudando un cinturón por encima de la línea de la cintura. Una revisión al esquema del kimono tradicional que resulta de una comodidad apabullante.
Una creación que revolucionó el mundo de la moda y su éxito fue tal, que en los años setenta llegó a vender cinco millones de unidades. Los medios la calificaron como “la mujer más comercial desde Coco Chanel”. Pero para Diane fue algo más, fue su salvación: “Su éxito me ayudó a pagar las facturas y la educación de mis hijos, y permitió que me hiciera un nombre en el mundo de la moda; no lo digo en sentido figurado, es que literalmente me dio poder e independencia", afirma la diseñadora.
Cuarenta años después, el “Wrap Dress” sigue estando más de moda que nunca. En la exposición “Journey of a Dress”, se homenajeó con un recorrido la historia de una pieza icónica que Von Furstenberg define como "una amiga, una prenda cómplice que lo mismo te sirve para ir a trabajar que para salir a ligar y acabar con un hombre en la cama".
Sea como fuere, el mundo de la moda y las mujeres se rindieron a la prenda creada por Diane Von Furstenberg, un vestido sexy, cómodo, versátil y que revolucionó y contribuyó –como pocos– a la emancipación y la liberación de la condición femenina. Desde su creación hasta ahora, el vestido de DVF es una de las prendas predilectas en las tiendas vintage. Una pieza que aun despierta fascinación y se ha convertido en una pieza clave para la empresa. Tal como explica Marta Jankovska, CEO y buyer de la marca MIVintage especializada en ropa vintage: “el wrap dress sigue siendo igual de versátil que el primer día, tan apto para afrontar una jornada laboral como para salir a tomar un aperitivo y seguir siendo una mujer sofisticada y con estilo”.
Un vestido ultrafemenino, envolvente y cruzado que nació con el objetivo de convertirse en una pieza funcional y sencilla y que logró ser un icono.
No te pierdas las fotos del último desfile de Diane Von Furstenberg.
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