Si te quedaste muerta el día que te enteraste de que David Beckham usaba bragas, con esto es mejor que te sientes. Desde Japón y Australia llega la lencería masculina, y para nuestro asombro, los conjuntos son la mar de bonitos. Hay de varios tejidos y modelos: satén, algodón, con encaje y ¡hasta biquinis de flores!
Lo más desconcertante de todo, ha sido la gran bienvenida que ha tenido este tipo de ropa interior. Ambas empresas afirman que hay muchísimos hombres que les dan las gracias por sus productos a través de los comentarios de sus páginas web. "Guau, he esperado mucho tiempo para este momento", son alguna de las frases que se pueden leer en su blog. Desde que en 2008 comenzaron su andadura, han descubierto que el perfil de hombre que gasta este tipo de lencería está casado, es heterosexual y ronda los 40 años. El 80% de las ventas provienen de Estados Unidos, Reino Unido y Europa Occidental, así que cuidado si vais de vacaciones a alguno de esos países no os llevéis una sorpresa.
Dos empresas son las encargadas de comercializar esta lencería. La primera, es japonesa y se llama Wishroom. Tienen tanto conjuntos de lencería para diario como biquinis, ¡con forro interior, relleno y hasta volantes en la parte superior!
La segunda tienda que comercializa este tipo de sujetadores es Homme Mystere, que a diferencia de Wishroom, es exclusiva para hombres. Y tienen más clientes de los que te puedas imaginar. Si echáis un vistazo a su amplio catálogo de productos, encontraréis un sinfín de sujetadores, braguitas, bodies y hasta medias para chicos. Además, como si de Victoria's Secret se tratase, hacen un desfile en Las Vegas para presentar su colección. Todavía no tiene tanta fama, pero tiempo al tiempo.
Sin palabras (y libido) nos hemos quedado después de ver su vídeo promocional. ¿Os imagináis que conocéis a un chico guapísimo que os vuelve locas, quedáis con él y cuando os vais a la cama lleva un conjunto de ropa interior más bonito que el tuyo?. Creemos que nuestra primera reacción sería salir corriendo y la segunda, reírnos a carcajada limpia de la extraña situación que acabamos de vivir.
¿Qué opináis vosotras de esta indescriptible tendencia?
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