"Deje de desayunar, coma solo una una ensalada para el almuerzo y beba agua cada noche hasta el concurso", fueron las palabras del organizador de Miss Grand International, uno de los certámenes de belleza más importantes a nivel mundial, hacia Miss Islandia. Un caso más que demuestra la presión a la que son sometidas las mujeres por su aspecto, especialmente en el mundo de la moda. Arna Ýr Jónsdóttir, de 20 años, fue coronada con el título en septiembre de 2015 y anteriormente había dedicado su vida al atletismo. A los 15 años formaba parte del equipo nacional de Islandia de salto de pértiga. ¿Su respuesta ante la petición? Un no rotundo a través de una carta que publicó en su cuenta de Instagram.
"Sí, mis hombros son un poco más anchos que los de las otras chicas, eso es porque era miembro del equipo nacional de atletismo en Islandia y estoy orgullosa de ello", declaró. Tras lo cual se despidió del concurso de forma definitiva: "Si el dueño del concurso realmente quiere que baje de peso y no le gusta como soy, entonces no merece tenerme en el top 10". Para finalizar, añadió que esperaba que la organización abriera los ojos y fuera capaz de reconocer la belleza internacional. "En mi país mi cuerpo es perfecto y eso es lo que quiero recordar", palabras que dejan constancia de los valores que defiende la modelo.
Entre los propósitos de este certamen de belleza está el promover la paz mundial. Por eso, en sus bases aseguran que no solo valoran el físico de las modelos sino su elegancia, personalidad y dotes de comunicación. En su caso, sin duda, no ha sido así.
"Soy una mujer muy fuerte, pero a veces mi fortaleza no es suficiente", escribía Arna Ýr Jónsdóttir al principio de su carta y, desde aquí, no dudamos para nada de su fortaleza.
LETTER
Y además:
Lencería para cuerpos (im)perfectos: la mujer real se impone a la modelo
Los tacones de la discordia o por qué es mucho mejor trabajar con zapato plano