No nos vamos a poner dramáticas. ¿Quién no se enfrenta a las compras compulsivas alguna que otra vez? A nosotras nos pasa a menudo y no nos consideramos adictas a las compras. Seguro que te has identificado con Becky, la protagonistas de Confesiones de una compradora compulsiva, alguna vez.
Según un estudio de la CECU (Confederación Europea de Consumidores y Usuarios), sobre la compra compulsiva y sus razones, la tercera parte de los consumidores europeos tenemos algún que otro descontrol al ir de shopping. Sorprendentemente, alrededor de un 30% de la población consumidora adulta presenta un alto nivel de adicción.
Las marcas crean hambre de moda para vender más, y si no fíjate en las colecciones cápsulas, ediciones limitadas y colaboraciones especiales, todas son para conseguir aumentar las ventas. No te extrañes, seguramente lo sabías pero no te habías parado a pensarlo. Vivimos en una sociedad consumista que nos invita a gastar, hay mensajes subliminales en todos lados, #lookoftheday #quemepongo, hashtags y acciones cotidianas que con tan solo un pestañeo mandan al cerebro el mensaje peligroso: “cómprame”.
¿Qué se consideran compras compulsivas?
Todas tenemos la costumbre de desenfundar la tarjeta en cuanto vemos algo de ropa que nos gusta. Otras, sin embargo y por desgracia, traspasan la fina frontera que separa el placer de comprar de hacerlo compulsivamente.
Los psicólogos describen las compras compulsivas como una patología, una «adicción sin objeto adictivo» o incluso como una «toxicomanía sin droga». Según un estudio realizado por la Dra. Isabelle Chereau, del CHU Clermont-Ferrand, esta adicción se manifiesta en una obsesión por las compras, los gastos frecuentes y la repetición de objetos a menudo inútiles que suelen estar por encima de la capacidad económica de la persona afectada.
¿Por qué? Quienes sufren esta adicción buscan en sus compras un modo de compensación por el malestar que sienten y adornan de virtudes simbólicas objetos como un pintalabios que las haga más atractivas, un vestido que les quede estupendamente, etc. Pero tras el momento de exaltación, la decepción llega inmediatamente después de adquirir el producto. La búsqueda desenfrenada del objeto salvador se retoma hacia algo aún mejor y, como consecuencia, la persona afectada entra en un círculo vicioso.
Las consecuencias. Pueden ser muy serias, problemas económicos como sobreendeudamiento, ruina, préstamos por todos lados, etc. Además de un baja autoestima y no saber gestionar las emociones negativas.
¿Cómo retomar el control?
• Deja la tarjeta en casa. Antes de iniciar una jornada de compras, deja la tarjeta en casa, sal sólo con el suelto que lleves en el monedero y controlarás mejor lo que gastas.
• Marca un presupuesto. Presta atención a los extractos bancarios, consulta con regularidad las cuentas por Internet y aprende a gestionar mejor el dinero previendo de antemano una cantidad a gastar en la jornada de compras. No la superes nunca. Esto te ayudará a no comprar caprichos inútiles que solo usarás un par de veces.
• Hazte las preguntas adecuadas antes de utilizar la tarjeta de crédito. ¿Realmente necesitas otro pintalabios? ¿Vas a ponerte esos pantalones de campana color greenery? ¿No tienes otras necesidades más vitales como pagar el alquiler o las facturas mensuales? ¿Te sentirás mejor tras la compra?
• Realiza una lista con todas tus compras. Mantén al día tu cartilla de compras. Cuando te des cuenta de que la mayoría son compras inútiles, intenta entender por qué. Así reflexionarás el doble la próxima vez.
• Juega al convertidor. Lleva las cuentas delante del armario: con los 25 pares de sandalias podrías haberte pagado un fin de semana en un spa, y con las 8 cremas antiarrugas empezadas del baño, sesiones faciales en una esteticién. ¿Te da que pensar?
• Ponte a prueba. Sal de compras sin dinero, mira escaparates por el simple placer de observar. Si ves algo que realmente te gusta, espera varios días para saber si echas en falta el objeto en cuestión o si las ganas han desaparecido.
• Antes de comprar, comprueba siempre que el artículo puede devolverse sin coste alguno. Así, si a pesar de todo caes en la tentación, sabes que puedes devolverlo sin complicaciones.
• Pide ayuda. Si compras compulsivamente, es aconsejable acudir a profesionales.
• Apúntate a un grupo de apoyo.
Sabías que…
• El 3% de la población sufre de gastos compulsivos, a niveles en los que puede considerarse patológico. La mayoría son mujeres.
• Los cuatro gastos compulsivos principales son: ropa, zapatos, joyas y productos de belleza.
• El porcentaje de éxito de las terapias es bastante alto, logrando una recuperación en la mayoría de los casos.
• En Europa el día sin compras se celebra todos los años el último sábado del mes de noviembre.
Cuidado, no se debe confundir la euforia de las rebajas con la adicción a las compras o compras compulsivas. Piensa bien en tus nuevas adquisiciones, invierte en piezas de calidad que no pasen de moda con el tiempo y que sean versátiles. Te dejamos una galería con vestidos para lucir 24 horas.
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