La impresión en 3D complementa a los medios de producción tradicionales y permite la creación de piezas únicas, fascinantes e innovadoras, además de suponer una revolución en la materialización de la moda. Un claro ejemplo de ello son las creaciones de Juanjo López para la nueva colección primavera- verano de Yono Taola, en las que ha apostado por la impresión en 3D para crear tres bolsos y los dos corsés que dejaron con la boca abierta a todos los asistentes a su desfile.
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También en la reciente Semana de la Moda de París la diseñadora holandesa Iris Van Herpen sorprendió y elevó su colección a la categoría de arte presentando diseños únicos como un vestido compuesto por 5.000 piezas impresas en 3D. Otros como Karl Lagerfeld también han empezado a experimentar con esta tecnología y ya el año pasado presentó para Chanel prendas de tweed creadas con una impresora 3D.
Sin embargo, donde más se puede apreciar la incursión del 3D es en diseño de complementos. La diseñadora Manuela Mount es un claro ejemplo de ello y ha comenzado a trabajar con esta técnica en colaboración con Heiko Vivas. El resultado ha sido una colección limitada de broches y colgantes que, bajo el nombre de “Origanimals”, une la geometría, la papiroflexia y los animales para crear piezas originales. Según esta diseñadora, la impresión en 3D “abre un camino con infinitas posibilidades para la innovación dentro de la moda e invita al desarrollo de proyectos trasversales y al trabajo colaborativo”.
Durante sus últimos desfiles, el diseñador ubetense Moisés Nieto también ha incluido piezas impresas en 3D como complemento a sus diseños. En colaboración con Comme des Machines, un estudio especializado en la impresión en 3D aplicada a la industria textil, Nieto ha diseñado los pendientes que las modelos han lucido en las presentaciones de sus últimas propuestas y también sorprendió con las piezas en 3D que incluyó con su colección para “El Laboratorio MFSHOW by Ecoembes” durante la pasada edición de la MFShow.
También la firma de joyería Lotocoho ha apostado desde sus inicios por la impresión en 3D en la creación de sus piezas, siempre bajo un estilo único y personal que aboga por la feminidad y la sofisticación en el que se refleja el mundo de la arquitectura, de donde proviene el alma máter de la marca. Transformar signos en símbolos y transcribir el paisaje a escala humana en joyas trabajadas en oro, plata, cobre, bronce, latón, piedras preciosas o madera, es la esencia de esta original marca de joyería exclusiva y conceptual.
¿Llegará el día en el que las impresoras en 3D sean más accesibles para el público en general y podamos comprar por internet el vestido o el collar de moda e imprimirlo como ahora hacemos con un libro o una canción? No lo sabemos, pero soñar es gratis, ¡y a nosotras nos encantaría!
Texto: Isabel Gallego Larruscain
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