Probadores. Los odias. Son demasiado pequeños, tienen un olor... particular y siempre acabas sudando. He aquí 17 razones para evitarlos:
1. Los vaqueros no te pasan de los tobillos
Cuando por fin encuentras ese par de vaqueros perfectos, del color que buscabas, de tu talla... algo no funciona. Desgraciadamente cuando vas a probártelos, no te pasan de los tobillos. ¡Qué perdida de tiempo!
2. Esa temida mancha de maquillaje
Ha vuelto a pasar... Te estabas probando un top y sin querer lo has manchado de maquillaje. Y ahora... ¿tienes que comprarlo? ¿Existe alguna regla no escrita? ¡Corre, el dependiente no se ha dado cuenta!
3. Cuando el espejo del probador se te queda pequeño
Y entonces tienes que armarte de valor para salir y mirarte en el espejo grande, donde todo el mundo va a verte...Terrorífico.
4. Alguien te abre la cortina
De repente, una extraña abre tu cortina mientras busca -sin éxito- a su amiga. "¿Ana, estás en éste?". Y tú te preguntas, ¿acaso te he respondido? No, entonces ¿por qué abres?
5. Tu madre te está volviendo loca
Cuando no está pidiéndote que salgas para verte, te está metiendo prisa. Y cuando por fin le pides su opinión, te dice: "Mejor pruébate esto". Que alguien la saque de aquí...
6. Deseas por encima de todas las cosas lo que se está probando la chica de al lado
Ves a alguien probándose un vestido y le sienta genial. Entonces vuelves corriendo a la tienda y lo buscas sin descanso. De repente, necesitas ese vestido.
7. Necesitas una talla más
Se la pides a la dependienta, porque necesitas una talla más grande y lo has asumido. Entonces, ella aparenta no juzgarte...¡Pero lo está haciendo! Qué insensible...
8. Llevas más de seis prendas
Tienes que salir para coger laa ropa que has dejado fuera, y entonces empieza el baile entre lo que no quieres, lo que te vas a llevar y las nuevas prendas. Un auténtico lío. Maldita sea la norma que limita las prendas que puedes meter en el probador de una sola vez.
9. La cremallera no sube
Vale, entonces es cuando deseas que tu madre, a la que habías echado de allí, vuelva. ¡Mamá!
10. El suelo está sucio
Un consejo, déjate los zapatos o los calcetines puestos. Por tu propio bien.
11. Te quedas atascada en un vestido
Estás atrapada. Los brazos por encima de la cabeza, el vestido te corta la circulación, no encuentras la cremallera, tu espalda se enrojece por momentos... Y tú tiras, y tiras, y crees que vas a tener que quedarte a vivir allí dentro. Pero entonces, ¡qué alivio! Consigues librarte de él. Una sensación indescriptible.
12. ¡Te has pillado con la cremallera!
No te enfades con una cremallera, nunca, jamás. No te conviene, puede vengarse, y será doloroso.
13. Intentas volver a colgar todo en las perchas
Porque te da miedo la reacción de la dependienta, di la verdad.
14. Primero tienes que aclararte
Crees que mientras estás en la cola serás capaz de organizar qué te vas a probar primero, qué necesitas, qué no... Pero eso nunca pasa. Entonces llega tu turno, y al final entras con todo, te haga falta o no.
15. Tus complejos
Retamos a cualquier mujer que se enfrente a un espejo a no empezar el eterno monólogo del "qué me gustaría cambiar de mi cuerpo". Quiero más aquí, menos allá, esto más tonficado, esto fuera... Qué locura.
16. Te vuelves paranoica con los olores
Es verano, en los probadores hay mucha gente y hace aproximadamente cincuenta grados... mejor no te obsesiones.
17. ¿Te fías del espejo?
Esto funciona de dos maneras: "¿Este espejo es mágico?" Porque te ves mucho más delgada en él, y quieres llevártelo a casa. O bien: "Este espejo es horrible. Lo odio".
Tú también odias probarte ropa, ¿a que sí? Cuéntanoslo a través de twitter @enfemenino
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