El mal gusto es contagioso y más cuando hablamos de creatividad. Las bellas artes no son siempre necesariamente bellas y cuando se trata de tatuajes, la línea entre lo artístico y lo catastrófico puede ser tan sutil que muchos no se dan cuenta del error -o del horror- hasta que lo experimentan de forma permanente en su propia piel.
Todos conocemos casos de “afectados” por este antiestético síndrome fruto de las sociedades modernas y de sus modas más horteras. Personas con no demasiado criterio que en un momento de envalentonamiento –o de un consumo etílico exagerado- deciden grabarse a fuego y para siempre símbolos tan “originales” como el logotipo de McDonald's u objetos tan “personales” como una tostadora o una silla de plástico ¡el colmo del hipsterismo!
Para ellos no hay remedio, solo y en la medida de las posibilidades de cada cual, esperanza por la llegada del sentido común y tratamientos para despigmentar las zonas “afectada” con tanto terror.
Esta galería recoge algunas de las mayores aberraciones tatuadas a lo largo de la historia de la humanidad. Tatuadores/carniceros que decidieron ir contra cualquier tipo de criterio estético y profesional para hacer, al dictado, las ocurrencias más disparatadas de sus clientes. Un claro ejemplo, todos ellos, de lo que NUNCA, nadie, debería hacer.
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