Si para los adultos es complicado entender y gestionar las propias emociones, más aún lo es para los niños, incapaces aún de comprender y razonar sus sentimientos. Las rabietas son un claro ejemplo de la dificultad que tienen los peques de gestionar emociones negativas como el enfado o la tristeza y puede llegar a ser muy frustrante para los padres lidiar con este tiempo de comportamientos tan típicos en los primeros años de edad de nuestros hijos.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a gestionar sus emociones?
Los niños aprende a base de la observación de los adultos, tanto padres como profesores se convierten en referentes desde los primeros años de edad. Por esta razón, lo primero que debemos hacer como padres es dar ejemplo al niño y hablar sobre nuestras propias emociones con ellos. Es importante que para los pequeños hablar de los sentimientos no se convierta en un tema tabú, ya que en el futuro podría convertirse en un problema.
Observar a tu hijo es esencial para detectar conductas y comportamientos que te indiquen cómo se siente: cómo juega, cómo se comunica contigo o con otros niños e incluso sus dibujos pueden indicarte si el niño está triste, contento o enfadado. Si detectas que tu hijo tiene alguna preocupación intenta tratar el tema con confianza y cercanía, ayúdale a expresarse y dale refuerzo positivo cuando lo consiga, se sentirá más aliviado y aumentará el vínculo y la confianza entre ambos. Puedes usar pegatinas con emoticonos que muestren distintos sentimientos para facilitarles la tarea (estos gomets son una buena opción, puedes comprarlos en Amazon). Evita caer en enfados o castigos si tu hijo se muestra enfadado por algo, ayúdale a expresar el motivo de su enfado y a comprender por qué tiene o no la razón, será más efectivo que una riña.
Por último, ayúdate de recursos que ayuden a tus hijos a comprender sus emociones. Las películas infantiles como "Del Revés" de Disney o los cuentos son fáciles de entender por los más pequeños y ayudan a gestionar sus sentimientos.
Los mejores cuentos infantiles para ayudar a tu hijo a entender sus sentimientos
El monstruo de colores, de Anna Llenas Serra: "El Monstruo de Colores no sabe qué le pasa. Se ha hecho un lío con las emociones y ahora le toca deshacer el embrollo. Una historia sencilla y divertida, que introducirá a pequeños y a mayores en el fascinante lenguaje de las emociones."
Este cuento ayuda a los niños a identificar sus emociones, tanto las negativas como las positivas y a expresarlas para evitar caer en la frustración. Uno de los libros más conocidos y más alabado por la crítica y los padres.
Las Emociones de Nacho, escrito e ilustrado por Liesbet Slegers y traducido por Celia Turrión Penelas: "Los diversos acontecimientos en la vida de Nacho hacen que este reaccione de distinto modo. En el libro se recrean situaciones cotidianas con las que el lector se sentirá identificado. Un libro con solapas y juegos de descubrimiento para disfrutar con los más pequeños" Recomendado para niños de 5 o 6 años, este libro trabaja la felicidad, la tristeza, el miedo y el enfado a través de las vivencias de Nacho, el protagonista de la historia.
El libro de las emociones para niñas y niños: Los cuentos del Hada Menta de Gemma Lienas y Sigrid Martínez: Los cuentos infantiles del Hada Menta están pensados para trabajar las emociones, aprender a reconocerlas y gestionarlas con inteligencia. Esta colección recoge varios cuentos protagonizados por niños donde se los personajes tienen que enfrentar distintos conflictos, en cada uno de ellos se trata una emoción. A través de estas historias, los niños son capaces de entender y gestionar sus sentimientos siguiendo el ejemplo de los personajes de los cuentos.
Emocionario. Di lo que sientes, de Cristina Nuñez Pereira y Rafael Moreno: Este cuento recorre y explica todas las emociones de forma que los niños puedan comprenderlas e interiorizarlas. Si tu hijo tiene entre 3 y 6 años es recomendable que comiences jugando a interpretar las ilustraciones y describir qué siente cada personaje. Según el niño va creciendo se puede profundizar más en la historia y en la complejidad de las emociones de los personajes. Es un excelente recurso para ayudar a tu hijo a comunicarse contigo y fomentar un vínculo sólido madre/padre-hijo.
Cuando estoy enfadado, escrito por Tracey Moroney y traducido por Teresa Tellechea: Con este libro los niños aprende a entender y gestionar su enfado a través de la historia del conejo protagonista. Puedes hacerte con el resto de la colección donde se trabajan cada una de las emociones.
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