España es sin ninguna duda uno de los paíeses del mundo donde mejor se come. La variedad de su oferta y el buen servicio es inigualable. Y relacionado con ello está el concepto de la “gastrosiexta”, que consiste en quedar con tu pareja, amigo/a o amante, para comer a mediodía, pero no para tomar cualquier cosa, no. Sino que consiste en seleccionar aquellas exquisiteces que a ambos les apetezca mucho comer.
Vamos, lo que sería darse uno o varios caprichos gastronómicos. Eso se deja a gusto de la pareja. Lo que si prima es el placer de degustar, más que el comer por comer. Alimentarse supone momentos del día vitales, y hay que dedicarles tiempo y disfrute, y si es en buena compañía, mucho mejor.
"Gastrosiexta": comer, dormir y practicar sexo
El siguiente paso de la gastrosiexta es irse a dormir la siesta, esa maravillosa práctica española tan placentera y con tantos beneficios, dado que los seres humanos estamos hechos para dormir dos veces al día,y no una, como suele ser lo más frecuente. Esto se hace en un domicilio si se puede, aunque también existen hoteles por horas, repartidos por toda la ciudad, que nos ofrecen un remanso de paz idóneo para esta práctica.
Recordemos que dormir la siesta es muy saludable: ayuda a reducir el estrés cardiaco, disminuye la presión arterial y además estaremos más activos. Rendiremos mejor en el trabajo, estando más creativos y resolutivos. Todo son ventajas, y si es en compañía mucho mejor.
La tercera parte de la gastrosiexta es tener relaciones sexuales con nuestra pareja, antes o después de la siesta, a gusto del personal. Esto supone poner en práctica una de las cosas más íntimas y placenteras que podemos hacer con nuestros semejantes y que se encuentra llena de enormes beneficios, tanto para la salud física, como psicológica, así como también para la relación misma.
Recuerda que practicar sexo reduce el estrés, potencia nuestro sistema inmune, cuida de nuestro corazón, calma el dolor, nos mantiene jóvenes y en forma, fortalece nuestra autoestima, une a la pareja, y muchos beneficios más. Y si se practica en compañía, mucho mejor.
Observo con frecuencia a mi alrededor, en consulta y fuera de ella, una pérdida generalizada del placer en nuestras vidas. Aunque parece que vivamos en una sociedad cada vez más hedonista, el trabajo, la competitividad, la falta de tiempo, las prisas, las preocupaciones y tantas obligaciones, hacen que nos lleguemos a olvidar de aquellas cosas que nos producen placer.
Cuando esto ocurre, nuestras vidas se convierten en un tirar continuo del carro, sin ninguna zanahoria de vez en cuando.
Lo cual nos entristece, nos resta energía, todo en nuestro día a día se nos hace más cuesta arriba y hasta podemos llegar a deprimirnos. Planteándonos, ¿qué sentido tiene nuestra vida? Y no es que esté diciendo que el objetivo de nuestra vida sea el placer, pero éste nos ayuda a conseguir cualesquier otro que nos hayamos planteado. Sean metas personales, profesionales y hasta espirituales. El camino hacia ellas se verá allanado por una buena dosis de placer.
Tengamos en cuenta que el placer ha determinado en gran medida la perpetuidad de la especie, pues posiblemente sin él nos hubiéramos extinguido. Si la supervivencia de la especie ha elegido los circuitos del placer para determinar que la especie sobreviva, será como para no olvidarnos de él.
Así, la práctica de la gastrosiexta me parece altamente beneficiosa, al reunir tres placeres en uno, como son la comida, el descanso y el sexo. Lo dicho, totalmente recomendable.
Artículo elaborado por la Dra. Marisa Navarro, psicoterapeuta y autora de los libros La medicina emocional y El efecto tarta.
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