La teoría está clara: la penetración es el momento en que el hombre desliza el pene al interior de la vagina de su pareja. Esta unión de dos cuerpos es posible gracias a la excitación de los órganos genitales. Por eso, los preliminares son importantes a lo largo de toda la relación sexual: las caricias desencadenan un incremento del deseo y preparan al cuerpo para la unión provocando la erección del pene y la lubricación de la vagina. Pero más allá de todo eso, la penetración puede producirse en decenas de formas distintas.
No solo para parejas heterosexuales
De hecho, aunque teóricamente implique a un cuerpo masculino y otro femenino, lo cierto es que hoy en día puede producirse entre dos hombres (a través del sexo anal) o entre dos mujeres (gracias a los benditos juguetes sexuales que facilitan la labor).
La primera vez en la penetración
La pérdida de la virginidad es un momento importante en la vida de cualquiera. Las ganas irrefrenables, los miedos, las expectativas o las inseguridades son un cóctel complicado de digerir y hay que estar preparado para que algo no salga como se espera. La información en este sentido es esencial. En el caso de las chicas, la entrada de la vagina está protegida por una pequeña membrana, el himen, que sólo desaparece al ser desgarrada con la primera penetración. Esto puede causar una pequeña hemorragia y algo de dolor, que a veces está más relacionado con el estrés de la primera vez que con el dolor en sí.
Muchos caminos de placer
Como decíamos, hay muchas formas de lograr el placer a través de la penetración, desde el clásico misionero a cualquier postura del kamasutra que te pueda hacer vibrar. Además, hay posturas donde la penetración puede ser más o menos placentera. Por ejemplo, para aquellos chicos con el pene grande se recomiendan unas posturas más abiertas donde se pueda introducir en la vagina sin dolor, mientras que para penes pequeños el contacto debe ser mucho más íntimo y cercano, de forma que se pueda introducir totalmente en el sexo femenino. Y, por supuesto, también hay posturas que ponen el foco en el máximo placer para nosotras, como estas, que son ideales para conseguir un orgasmo clitoriano.
Cuando la penetración es dolorosa
A veces la penetración es dolorosa, particularmente para la mujer. Esta molestia, mayor o menor, se puede deber a una falta de lubricación de la vagina. En muchos casos se da al comienzo de la vida sexual o después de la menopausia, pero este problema se puede arreglar con facilidad utilizando lubricantes, por ejemplo. Cuidar los preliminares también es imprescindible, ya que estimulan las secreciones vaginales necesarias y facilitan la penetración. También la relajación, crear el ambiente adecuado con algo de música en una situación íntima y sexy puede ayudar y mucho a que todo funcione mejor.
Asimismo, puede ocurrir que este dolor sea mucho más serio: hablamos de dispareunia. Lejos de ser poco frecuente (afecta a una mujer de cada cinco), este dolor es un verdadero obstáculo para la vida sexual de la pareja. Puede ser el resultado de lesiones en la vulva (micosis, herpes, irritación…) pero también tener un origen psicológico. En ambos casos, es necesario consultar con un especialista para remediarlo. Otros problemas como vaginismo o el miedo al sexo pueden también contribuir al bloqueo sexual. En ese caso, vuelve a ser necesario ver a un ginecólogo para que haga un examen en profundidad de tu caso.
La penetración anal
Como decíamos antes, la penetración también puede ser anal. Aunque hasta hace no mucho era un tema tabú y reservado abiertamente a las parejas homosexuales, cada vez son más las chicas que se animan a probarlo. Al fin y al cabo el sexo anal es otra fuente de placer. A ellos les suele encantar ya que se produce mayor fricción en el pene y el ano que con la vagina, y a ellas, siendo capaces de relajarse y con ayuda de lubricante, les puede proporcionar también mucho placer al sentir a su pareja dentro de ellas en una situación nueva y excitante. En cualquier caos, ambos tenéis que estar seguros de probarlo y haberlo hablado y acordado previamente. Aquí tenéis unas cuantas posturas para descubrir este otro tipo de penetración.
Échale imaginación a la penetración
Para contar con una vida sexual plena y satisfactoria dentro de una relación, no solo basta con la penetración. Para no caer en la rutina, te proponemos centrarte en los preliminares, que no sientas la necesidad de la penetración (a veces y según la situación, simplemente algo de sexo oral o una masturbación es mucho más placentero) y que pruebes a hacer cosas diferentes de cuando en cuando. Por ejemplo, anímate a salir de la cama, seguro que en estas posturas para hacer el amor por toda la casa encuentras unas cuantas ideas...
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