El divorcio: un coste sentimental
El divorcio se transforma rápido en una carrera de obstáculos: procedimientos complejos, desacuerdos, cuidado de niños… Más de la mitad de los divorcios no son amistosos, por lo que desgraciadamente es frecuente que los cónyuges libren una lucha sin piedad.
Después de un divorcio, tanto los hombres como las mujeres experimentan un sentimiento de culpabilidad y tienen tendencia a perder un poco su estima. Cuando no es amistoso, el divorcio se vive como un fracaso personal.
En el caso de las parejas con hijos, la mayoría de las veces, el Juez de Familia otorga el cuidado de los niños de corta edad a la madre.
El padre tendrá entonces derecho de visita y de alojamiento, generalmente fijado en un fin de semana de cada dos y la mitad de las vacaciones escolares, excepto si los padres llegan a algún otro acuerdo. Los hombres se sienten a menudo perjudicados por ser separados de sus hijos, incluso si el ejercicio de la patria potestad es compartido. Algunos se desmoronan y ya no reaccionan, otros se sienten ofendidos hasta el punto de intentarlo todo para oponerse a una situación que califican de injusta. El juez puede, sin embargo, confiar el cuidado al padre si el niño tiene ya unos diez años y prefiere vivir con él.
El divorcio: un coste financiero
Según el tipo de divorcio, los gastos a desembolsar no son los mismos: un divorcio por mutuo acuerdo será menos caro que uno contencioso (de 3.000 a 20.000 € o incluso más si surgen complicaciones). En cualquier caso, hay que recordar que un abogado no puede entablar procedimiento sin haber recibido previamente una “provisión de honorarios”. La mayoría de las veces, el abogado aceptará un pago de sus honorarios de forma escalonada. Sin embargo, este coste no incluye los gastos anexos (procurador, notario, perito…) que corren directamente a cargo del cliente.
En caso de dificultades financieras, es posible tener acceso a los servicios de asistencia jurídica gratuita en la cual el Estado se hace cargo total o parcialmente (en función de la renta) de todos los gastos y honorarios.
El coste después del divorcio
En el caso en el que el divorcio afectase gravemente al nivel de recursos de la compañera, el ex esposo puede ser obligado a pagar una pensión de alimentos en principio bajo forma de un capital pagado de una vez o de renta mensual.
El padre que no dispone del cuidado de los niños tiene igualmente la obligación de pagar una pensión alimenticia, para su mantenimiento y educación. Calculado en función de sus ingresos, tendrá que hacerlo efectivo hasta que los hijos sean mayores de edad o tengan una actividad remunerada.
Si es un divorcio por falta por petición de la esposa, el marido puede ser condenado a pagar los daños y perjuicios a su cónyuge y soportar los gastos del procedimiento y de los honorarios del abogado de su mujer.
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