El amor es increíble, sí. Pero la convivencia... Ay, la convivencia. ¡Qué miedo da al principio! Cuando te mudas junto a la persona que quieres lo haces porque crees firmemente que quieres pasar el resto de tu vida a su lado, así que adaptarse a su estilo de vida o superar los roces propios de la vida en pareja no debería resultar muy complicado. Y es que cuando hay amor, todo es mucho más fácil... Por eso hemos recopilado algunas situaciones bastante comunes por las que pasan todas las relaciones cuando se lanzan a este apasionante desafío. Algunas son pros y otras son contras, ¿con cuál te quedas?
1. ¿Qué echan en la tele?
La lucha por el mando puede ser más peligrosa que Toni Cantó escribiendo un tuit. Lo cierto es que hoy en día ni solo a los hombres les gusta el fútbol ni a las mujeres los realities, pero la oferta es tan amplia que a veces algo tan sencillo como "¿Qué echan en la tele?" puede dar lugar a alguna pequeña rencilla. Y otro efecto propio de estudio en Cuarto Milenio es la sospechosa desaparición del mando con la tele puesta en el canal que ellos quieren ver. ¿Y qué hacéis? Hablar, ceder o dejar la tele y elegir alguna película que a los dos os motive. Aquí tienes unos ejemplos que, tal vez, jueguen un poquito más a tu favor.
2. Nuevos niveles de confianza
Al principio da miedo pero luego todo va fluyendo como algo natural. Y es que aunque estuvieras saliendo con Bradley Cooper, todos somos humanos y hay que lidiar con esas cosillas propias de los humanos: olores en el baño, pelitos en la ducha, calcetines con olorcillo fuerte... Pero vamos, que el amor todo lo puede, ¿eh?
3. Aprecias quedarte en casa un fin de semana
Ahora entiendes el verdadero placer de hacer un plan casero con tu pareja. ¿Una tarde de manta y peli? ¿Dormir hasta muy tarde? ¿Cocinar juntos? Sí, sí y sí. Y es que no solo es barato y cómodo, también es de lo más relajante.
4. Cuestión de decoración
Al principio parecéis las dos Coreas: ¡ponerse de acuerdo en cuestiones de decoración es imposible! Una prueba de fuego más para vuestra relación. ¿Tonos pastel? ¿Pósters de fútbol y cine? ¿La vajilla de tu suegra? Salir indemnes del Ikea será tan difícil como sortear los spoiler de los nuevos capítulos de Juego de Tronos, pero lo cierto es que una vez superado, te sentirás más en tu casa que nunca.
5. La cama es el ring
Hay más posibilidad de que descubras un bebé unicornio debajo de tu almohada que de poneros de acuerdo con la cantidad de sábanas, mantas o fundas nórdicas que deben acompañaros en la cama. Pero compartir ese espacio puede decir cosas muy bonitas de vuestra relación.
Muchas parejas deciden comprar camas separadas por una cuestión de comodidad, que juntan en los momentos más íntimos, y también es una opción a tener muy en cuenta. Porque sí, también hay puntos positivos, y es que ya podréis disfrutar del kamasutra los 365 días del año. Con sus 365 noches. Y olé.
6. ¿Y el espacio para la ropa?
Otro punto en el que sufrimos un poco. De repente el espacio para tus cosas es mucho menor: dejarás la mitad de tu ropa en casa de tus padres, repartirás otro poco entre tus amigas y empezarás a vivir con lo básico: dos armarios y una cómoda. Él, tierno angelito, con medio armario tiene más que suficiente.
7. Repartir las tareas
Decidir qué hace cada uno debería figurar en un documento firmado ante notario. Es vuestro Tratado de Versalles particular y hay que dirimir muy bien los puntos. Aunque te libraras de fregar los platos y de hacer los baños y tu única función fuera sentarte y disfrutar de las vistas, en este tipo de acuerdos siempre queda un poso de haber pactado mal.
8. Haces mucho más el amor
Y por toda la casa. POR TODA LA CASA.
9. Ganas algo de peso
En este sentido los programas como Masterchef han unido a muchas parejas a la hora de cocinar. La contrapartida es que cuando solo cocinas para ti optas por comidas más rápidas como ensaladas mientras que cuando vives en pareja, cualquier cena normal parece el festín de fin de curso de Harry Potter. Y claro, puede que ganemos algo de peso. Lo mejor de todo es que cocinar juntos puede ser muy sexy.
10. Descubres oscuros secretos
Como por ejemplo que se cuida mucho más de lo que dice, que se le da fatal planchar o que está enganchado a Sálvame.
11. Tienes la sensación de que sus padres pueden llegar en cualquier momento
Esto no falla, cuanto más cerca vivas de sus padres, más posibilidades hay de que aparezcan porque, simplemente, pasaban por allí. En este caso, cuando busques casa con tu chico tus ganas por ajarte de tus suegros deben ser inversamente proporcionales al cariño que les tengas. Así de sencillo.
12. Sorprendentemente, empiezas a ahorrar
Si pasas de vivir sola a vivir en pareja, verás como tus gastos se empiezan a reducir considerablemente. Y es que aunque haya que comprar el doble de todo, pagar la mitad de las facturas o cenar en tu casa con tu pareja de forma habitual, te permitirá hacer algunas escapaditas extra.
13. Cuando llegas a casa, lo tienes todo
Cuando llegas a casa y él te espera y te ha hecho la cena y te dice que te quiere o simplemente escucha qué tal te ha ido el día, la vida es más bonita que al final de una película de Disney. No necesitas nada más en el mundo.
Si quieres sorprenderle tú también a él, prueba a preparar una cena romántica y deja alguna notita con alguna de estas románticas frases de la literatura. ¡Le encantará!
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