Las fotos han de ser lo más naturales posible. Está bien que haya algunas fotos de posado, las típicas de toda la familia junta, pero es importante que el fotógrafo tenga buen gusto y sepa captar los momentos especiales que luego tanto nos gusta ver.
También es fundamental que conozca bien a los protagonistas de la boda. Obviamente es fácil de identificar a los novios, a los padrinos y a los testigos, pero hermanos, cuñados, abuelos y mejores amigas no tanto. Para que no haya dudas el día de la boda, una buena idea es que el fotógrafo vaya a la petición de mano, así podrá conocer a toda la familia.
Es bueno que os sintáis a gusto con el fotógrafo que elijáis. Que sea una persona cercana y que os oriente en cómo debéis actuar ante la cámara. Actualmente, muchos de los fotógrafos están regalando, o añadiendo al coste del presupuesto, una sesión sólo con los novios, para que aprendan a desinhibirse ante la cámara y lleguen al gran día como si hubieran posado toda su vida...
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