Siempre has pensado que tu boda sería una fiesta por todo lo alto, ¿recuerdas la felicidad y la alegría de las verbenas del pueblo en compañía de familias y amigos, y quieres que tu enlace sea lo más parecido posible? Entonces tienes que organizar una boda verbena, fusionando ambas para conseguir una celebración única y de lo más especial, ¡te contamos cómo!
1. En la ceremonia huye de protocolos
Celebra tu boda en los meses más calurosos para poder hacerlo al aire libre, en el patio de un hotel, el jardín de una finca o un espacio abandonado y custodiado por la naturaleza. Apuesta por sillas de madera para los invitados, lazos de arpillera y flores, muchas flores. Las flores son sinónimo de alegría, y eso es lo que queremos conseguir con una boda-verbena.
No pueden faltar los fardos de paja, parasoles chinos, ramas, encajes, jarrones colgantes de los árboles, bordados, telas superpuestas… Lo más importante es que todo parezca improvisado y muy natural. Que esté perfectamente organizado y planificado desde el principio, como una verbena, pero que todo fluya según vayan pasando las horas.
2. Un banquete a base de foodtrucks
Tras la ceremonia, llega el momento de llenarse el estómago. ¿Y qué es lo que no falta en una verbena? Las barras de bebida y los puestos de comida. Puedes colocar mesas imperiales o mesas rectangulares para que los invitados se sienten como quieran o se queden de pie, sin estar condicionados por un seating plan, que puedan hablar, moverse, bailar y relacionarse entre ellos mientras disfrutan de los diferentes córners de comida que hayáis colocado.
Apuesta por mesas de comida nada elaborada pero exquisita, como por ejemplo, mesas de queso, de sushi, de productos ibéricos, de arroces, de marisco, de mini hamburguesas, de perritos calientes, de pizzas… Mesas muy variadas para que cada uno pueda escoger lo que le apetezca y que nadie pase hambre. ¡Les conquistarás!
Y, en cuanto a la bebida, no pueden faltar las clásicas barras de cerveza, de vino, las mesas de cócteles y la barra de preparados sin alcohol, como batidos, zumos o limonada para los más pequeños y para aquellos que no quieran tomar bebidas espirituosas. ¡Todo lo que hayáis imaginado!
A modo de recena en la fiesta puedes ofrecer mesas con frutos secos, palomitas, golosinas, dulces, carritos de helados, algodones de azúcar, manzanas de caramelo, churros con chocolate… ¡Todo un acierto! La boda será toda una verbena en la que lo pasaréis genial.
3. Banda de música en directo
¡La orquesta es la clave de las fiestas de pueblo! En tu boda no debe faltar la música en directo. Establece con la banda que contrates cuáles son las canciones que no pueden faltar, aquellos clásicos de siempre, los éxitos del último verano y esas canciones típicas de orquesta que a todos nos sacan a bailar.
4. Decoración con hileras de luces en el cielo
Disfrutad en un escenario custodiado por hileras de pequeñas lucecitas en forma de carpa, banderines de colores y velas. Las fotos quedarán sensacionales con ese fondo y el atrezzo del photocall o fotomatón con el que contéis. Colocad hileras para ir colgando todas las fotos que los invitados se vayan sacando, ¡tendréis una decoración de lo más personalizada!
En cuanto a las flores, crea composiciones silvestres y muy coloridas con margaritas, paniculata y calas. Elige las mismas para el ramo de novia y la corona de flores, y combínalos con un vestido vaporoso, de estilo boho, un maquillaje natural y una trenza deshecha. Invita a tus amigas y familiares a ir con un dresscode desenfadado y, sobre todo, muy cómodo.
5. Chill out para el descanso
Tras la diversión, todos necesitamos descansar, al menos, durante unos minutos, para recargar fuerzas y seguir disfrutando. Aprovecha la zona en la que habéis celebrado la ceremonia para dedicarla, tras ella, al relax y descanso. ¡Los fardos de paja vendrán de lujo en esta ocasión!
Puedes aprovechar este momento para entregar los detalles a tus invitados a modo de agradecimiento por haberos acompañado en la fiesta más importante de vuestra vida. Coloca una mesa con todos los detalles, elige varios tipos con etiquetas personalizadas, por ejemplo, mermelada casera, tarros de miel, botellitas de aceite o de vino, cervezas artesanales, jabones naturales, pulseras o collares de flores… Piensa en regalos útiles que los invitados puedan utilizar y no acaben olvidados en el fondo de un cajón. Coloca también una mesa con un libro de firmas para que todos dejen su huella. ¡Un gran recuerdo!
Ahora ya sabes cómo organizar la mejor boda estilo verbena y todo lo que necesitas para que cada parte de la boda sea un éxito. Pon en práctica todos estos consejos y disfruta como nunca de la mejor fiesta de tu vida. ¡Los invitados querrán repetir!
Artículo elaborado en colaboración con Sandra Miranda de Zankyou
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