Horas más tarde, el guardameta madridista se acercó hasta la puerta de los estudios Telecinco para recoger a su novia a la salida del trabajo. Tras esta segunda y grata sorpresa, Sara e Iker disfrutaron de un almuerzo en la intimidad de su hogar en Bohadilla del Monte.
Al día siguiente, Sara Carbonero se reunió con sus amigas de toda la vida y, todas juntas, compartieron una tarde de chicas en un centro comercial de Madrid. La prensa y las cámaras captaron risas y diversión aunque para el grupo de amigas, los medios no estaban invitados a la fiesta así que ignoraron completamente su presencia.
El domingo por la mañana fue una jornada exclusiva para la pareja. Sara e Iker fueron más rápidos que la prensa; abandonaron la ciudad para trasladarse a un lugar que los medios no consiguieron adivinar y en el que festejar, en privado, tan señalada fecha.
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