La Familia Real Británica siempre ha sido un ir y venir de titulares. Y es que esta familia tiene su propia telenovela interna. Tanto es así, que más de uno ha llegado a pensar que lo que pasa dentro de aquel palacio da para una serie de televisión. ¡Un momento! Ya tienen hasta una serie de televisión. Y parece que el legado de Isabel II puede continuar con nuevas tramas que hablen de lo que está pasando en este mismo momento en la familia.
Y es que la nueva adquisición de la familia es toda una joya en ese de generar titulares polémicos en los medios de comunicación. Parece que, sólo por eso, ya va a encajar bien en el legado familiar. Y es que Meghan Markle no ha conseguido parar a su familia, dispuesta a hundir a la duquesa de Sussex cueste lo que cueste. Y eso significa enfrentarse a la mismísima Isabel II.
Su familia paterna empieza a ser más que un dolor de cabeza. Meghan Markle tiene que estar deseando que todo esto no sea más que un mal sueño para despertar y que su vida vuelva a ser normal porque la bola de nieve no para de crecer. Y es que, cuanto más ignora a su padre y sus medio hermanos, ellos más hacen por llamar su atención y, peor aún, la de todo el planeta.
Si la semana pasada supimos que Thomas Markle se podría haber inventado sus problemas de salud para evitar ir a la boda de su hija y ganar simpatías, ahora se ha sabido que Samantha Markle, su hermana mayor, ha sido confirmada para participar en la enésima edición de Gran Hermano VIP en el Reino Unido. Con este tipo de titulares, parece que la cosa no le pueden ir peor a la duquesa.
Que tu hermana haya fichado por un reality show de dudosa calidad y cuyo único interés va a ser que cuente todos los trapos sucios posibles sobre ti, no tiene que ser un trago fácil. Así Samantha, de 53 años, habría negociado un jugoso contrato para participar en el programa y se baraja un cheque de 6 cifras a cambio de su presencia en la casa, con otros famosos de distinta índole.
La misma mujer que no estuvo invitada a la gran boda real el pasado 19 de mayo volará próximamente a Londres para, en el país de acogida de Meghan, terminar de romper su relación para siempre. "El objetivo de estar en el programa no es para hablar sobre ella", ha declarado Samantha Markle. Claro, seguro que es para contar aspectos súper relevantes de su vida, que le interesa a todo el mundo.
Gran Hermano VIP se empezará a filmar en agosto, momento en el cual esperamos que Meghan ya esté de vacaciones para no tener que ver en televisión a su hermana a diario. Sobre todo, cuando ella lo que quiere es vivir su nueva vida y no tener nada que ver con una familia que últimamente solo vive de dar exclusivas falsas sobre ella.
Su padre, el mentiroso de la boda
Desde que se sabe de su existencia, no hay una sola buena noticia relacionada con él. Thomas Markle, padre de Meghan Markle, es un generador automático de polémicas y, con sus entrevistas y declaraciones, no hace otra cosa que deteriorar aún más la relación que creemos que ya no tiene con su hija menor.
El comportamiento de Thomas Markle empezó a ser sospechoso cuando se reveló que había vendido a los paparazzi unas fotos supuestamente 'espontáneas' preparando su traje para ejercer de padrino o leyendo libros sobre Gran Bretaña. Después, todo fue una espiral de despropósitos: en pocas horas, pasó de ser una presencia esperada a cancelar su viaje, finalemente por problemas de salud. El director de iluminación jubilado, al parecer, había sufrido un ataque al corazón -una razón lo suficientemente poderosa como para no coger un avión a Londres-.
Sin embargo, tal y como cuenta esta fuente anónima, todo habría sido mentira. Sobre todo, sus problemas coronarios, que habría fingido para no despertar aún más antipatías en la opinión pública. "Todo eso de la cirugía de emergencia a la cual tuvo que someterse era una invención. Simplemente se tuvo que inventar una excusa lo suficientemente buena para no ir a la boda y evitar más bochorno público", explica.
Podríamos casi entender que Thomas se hubiese inventado toda esta ficción para, después, volver a su reclusión y anonimato en la pequeña ciudad mexicana donde vive. Pero, muy lejos de retomar su vida discreta, empezó con esa serie de entrevistas explosivas que han terminado con un "si queréis que deje de decir barbaridades, volved a hablar conmigo", esta misma semana. Es más, ahora se jacta de 'no hablar a la Familia Real', como si el que estuviera enfadado y hubiese sido él y no Meghan Markle.
En estos momentos no se nos ocurren muchos motivos para que Meghan retome el contacto con su padre. Y sí muchos para que Kensington Palace, en su nombre, intervenga y de alguna manera le haga firmar algún contrato de confidencialidad. Principalmente, para que deje de hacer daño a su hija -porque todo lo que está sucediendo es muy dañino-.
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