No hace tanto tiempo que aquel quinceañero rubio y con el flequillo hacia un lado triunfaba entre las adolescentes y era centro de atención de medios internacionales debido a sus éxitos musicales. Ahora, al igual que muchos otros juguetes rotos adolescentes, Justin es más conocido por sus problemas con las drogas y el alcohol- que ya le han llevado a la cárcel en dos ocasiones- que por sus conciertos o sus discos.
Y es que este ídolo de masas ha cambiado mucho desde que se diese a conocer a través de Youtube. Su vestimenta es, sin duda, el primer síntoma de cambio. Y es que con ella quiere hacer ver al mundo que ya no es aquel niño bueno. Sus nuevos looks buscan llamar la atención y asemejarse a unas nuevas amistades (raperos mayoritariamente) que puedan ver en él a uno más de la banda.
Pantalones que más que en el cintura se abrochan en las rodillas, camisetas que superan en exceso los cm de más establecidos por las leyes del buen gusto o cadenas de oro que deben rompen su hermoso cuello de lo que pesan son sólo algunas de las lindeces a las que últimamente Justin nos tiene acostumbrados a lucir y por las que nosotras le encarcelaríamos sin dudarlo un sólo minuto.
Unos delitos a los que podrían sumarse las superposiciones imposibles; los gorros, gorras y sombreros y las combinaciones de colores.
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