Evangelista, tras enfrentar dos luchas contra el cáncer y un complicado tratamiento estético, ha decidido dejar de mirarse al espejo. "La vida es mejor sin espejos. Ya no me culpo. Ya no soy tan dura conmigo misma", declara la modelo canadiense, reflejando un cambio profundo en su actitud hacia su propia imagen.
La supermodelo de los años 90, conocida por su belleza única, revela que ha aprendido a aceptar la mirada ajena y los juicios del mundo que la rodea. "Ahora sé que no he hecho nada malo. Pero durante mucho tiempo pensé que sí", confiesa. Aunque aún lucha por liberarse completamente de la culpa y la vergüenza, se esfuerza al máximo para alcanzar esa libertad emocional.
Algo que ha impactado de la entrevista es la revelación de que Linda Evangelista no ha tenido una cita en casi una década. Tras un tratamiento estético fallido en 2015 que dejó secuelas en su cuerpo, la supermodelo cayó en una profunda depresión, agravada por su batalla contra el cáncer, que la llevó a someterse a una doble mastectomía en 2016.
Evangelista reveló en septiembre de 2021 que había sido víctima de un tratamiento estético llamado CoolSculpting, que le provocó una condición llamada hiperplasia adiposa paradójica (PAH), que hace que la grasa se acumule en lugar de reducirse.
La modelo, que en su día fue una de las más cotizadas del mundo, aseguró que el tratamiento la dejó "deformada" y "disminuida". Como consecuencia, se retiró de la vida pública y se refugió en su casa.
A pesar de su pasado oscuro, Evangelista enfatiza que no permitirá que la experiencia se repita. "Me arruinaría la vida. No me habría quedado encerrada si hubiera sabido a cuántas personas les importaba", revela. Ahora, se esfuerza por pasar tiempo con amigos y familiares, reconociendo que no tiene "derecho a quejarse" cuando compara su experiencia con la de otros que han enfrentado enfermedades similares.
Además confiesa que ya no tiene interés en las relaciones íntimas. "No me interesa. Ya no quiero acostarme con nadie. No quiero oír a nadie respirar a mi lado en la cama", revela abiertamente. Su ansiedad social paralizadora, que se manifiesta al salir de casa o asistir a eventos públicos, también se aborda en la entrevista.
Otro aspecto revelador es el autodiagnóstico de Linda Evangelista con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). La supermodelo explica cómo su TOC se manifiesta en la necesidad de que los objetos estén perfectamente alineados, y cómo ha dejado de ir al cine debido al ruido que hacen las personas al masticar.
El caso de Linda Evangelista pone de manifiesto la importancia de la aceptación personal. La modelo, que en su día fue un icono de belleza, ha tenido que aprender a vivir con un cuerpo que ya no es el que ella desearía.
Su testimonio es un ejemplo para todas aquellas personas que luchan contra la presión estética y que se sienten avergonzadas de su aspecto. Evangelista demuestra que es posible superar la culpa y la vergüenza y aprender a aceptarse tal y como se es.
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