Debe gustar ese momento en el que te llaman por teléfono y te dan la maravillosa noticia de que eres tan famoso como para tener tu propia figura de cera. Todo va estupendamente bien mientras te toman todas las medidas de tu cuerpo. Sin embargo, la cosa se tuerce cuando vemos el resultado.
Casi todos los países tienen su propio museo de cera. A veces, más de uno. Esto da lugar a numerosos desastres en el mundo de la cultura. Cantantes irreconocibles, actores que preferirían no haber salido de casa aquella mañana y representantes de la realiza que se asustan cuando recuerda la imagen que vieron.
© Gtres
Este martes, Beyoncé se convertía en trending topic cuando se descubría el pastel. El museo de cera de Madrid le concedía un espacio en su particular paseo de la fama. Sin embargo, si no nos dicen que esa es Beyoncé no la hubiésemos reconocido.
Rápidamente, las redes sociales se han echado las manos a la cabeza y han comenzado a bromear con la figura de la cantante. No es la primera vez que una nueva figura de cera es motivo de rosa. A todos se nos quedó en la memoria aquella figura de Fernando Alonso, de Rafa Nadal o de David Bisbal en Madrid. Al tenista incluso le tuvieron que retirar después de las críticas.
Pero tampoco nos podemos quejar por todo. A veces, los museos más reconocidos de forma internacional, convierten a los famosos en eternos adolescentes. Fuera arrugas y fuera algún kilito de más. La figura de cera se convierte en la mejor imagen que un famoso puede tener de sí mismo. Ahora, todo es arriesgarse a aceptar la propuesta sin saber cuál será el resultado.
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