Cayetana Fitz-james estaba dispuesta a dar por tercera vez el sí, quiero y no quería que su fortuna se interpusiese entre ella y sus hijos. Por eso, la duquesa de Alba cerró en 2011 todos los asuntos referidos a su millonaria herencia. La aristócrata encerró a sus hijos en el despacho del notario Luis Núñez en julio de 2011 para comunicarles lo que había decidido.
Los elementos más controvertidas eran algunos de los palacios que la duquesa tiene repartidos por toda la geografía española. Fernando Fitz-James es el actual primogénito del heredero de la Casa de Alba, Carlos. A él le corresponde el palacio de Las Dueñas, en Sevilla. En 2010, la Junta de Andalucía inscribió más de 1.400 bienes de Las Dueñas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz que no podrían salir de Sevilla a menos que recibiesen la autorización de la Administración andaluza.
Carlos Fitz-James es hijo del primer marido de Cayetana de Alba, Luis Martínez de Irujo. Además del título recibirá la Fundación Casa de Alba, con sus palacios de Liria y Monterrey, medio centenar de ducados, marquesados y condados. Además, su madre le ha dejado varias fincas rústicas y casas de alquiler.
A su hijo Alfonso Martínez de Irujo le ha dejado varias parcelas y la finca del castillo de El Tejado en Salamanca. Alfonso es duque de Aliaga y también figura entre los órganos de gestión de las empresas familiares. Otro de sus hijos, Jacobo, ha recibido numerosas fincas. Fernando hereda la mansión de Las Cañas, en Marbella.
Son Cayetano Martínez de Irujo y Eugenia los hijos más mediáticos de Cayetana. Él será el dueño del palacio de Arbaizenea, en San Sebastián. Se trata de una finca de 20.000 metros cuadrados que pertenecía a la familia de su padre. También recibirá el cortijo Las Arroyuelas. Ella será la dueña de la mansión de Ibiza donde ahora veranean Cayetana y Alfonso. Además, Eugenia es dueña del cortijo La Pizana en Sevilla, un regalo de la duquesa cuando se casó con Francisco Rivera.
Cayetana no se ha olvidado de sus nietos, una parte muy importante de su familia. La duquesa ha donado una finca en el campo a cada uno de sus nietos menos a Fernando, que será el dueño de Las Dueñas.
En aquella reunión que Cayetana tuvo con sus hijos no se habló de Alfonso Díez. Desde que llegase a la vida de los Alba, su presencia causó mucho incomodidad entre el círculo más cercano. Díez no ha competido por los bienes, ni lo hará. Él firmó su renuncia, pero este testamento no dejó lugar a dudas.
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