El pasado jueves 8 de marzo, la Duquesa de Cambridge, sin su marido el Príncipe Guillermo, acompañó a la Reina Isabel y al Duque de Edimburgo a una visita oficial al condado de Leicester. Es habitual ver a la esposa del heredero al trono en compañía de otros miembros de la familia real, como ocurrió el pasado 1 de marzo, cuando disfrutó de un día en la lujosa tienda gourmet londinense Fortnum & Mason con la Reina y la Duquesa de Cornualles.
La futura reina ha reconocido recientemente echar "terriblemente" de menos a su marido pues pasa mucho tiempo fuera debido a sus compromisos reales. En esta ocasión, Guillermo está en una operación militar de seis semanas en las Islas Malvinas. Por suerte, la duquesa tiene a Lupo, su inseparable perro, que dicen le hace mucha compañía en sus horas de soledad en el palacio de Kensington.
Todas las esposas Windsor han sufrido las ausencias de sus maridos y lo han llevado como han podido. La ex esposa del Duque de York, Sarah Ferguson, reconocía pasarlo muy mal cuando su esposo se marchaba fuera largos meses, y dicen que fue la causa de su divorcio en 1992. Sin embargo, esto no parece ser un problema para la Duquesa de Cambridge pues aparenta mucha fortaleza y parece que ha asumido muy bien su rol de esposa real.
Mientras, en el otro lado del atlántico, el Príncipe Enrique, representa a su abuela en un tour por el Caribe: Belize, Jamaica y Bahamas. El pelirrojo de los Windsors es uno de los miembros de la familia real más simpáticos y con más carisma. Prueba de ello es que tanto posa para retratos oficiales como baila reggae. Además, Enrique está en el centro mediático por su intermitente relación con la sudafricana Chelsy Davy ¿Tendremos boda real en 2013?
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