La oscarizada intérprete siempre tuvo la corazonada de que triunfaría en el mundo del espectáculo, aunque nunca supo bien en qué terreno iría a desarrollar su carrera. "Siempre supe que sería famosa. Sinceramente, no sabría decir la razón por la que lo sabía. Solía tumbarme en la cama pensando: '¿Seré acaso una personalidad de la televisión local? ¿O me dedicaré a las charlas motivacionales?' Y ahora veo que no era una simple visión. Todo se está haciendo realidad y me parece natural porque entonces ya sabía seguro que algo así ocurriría", confesó la atractiva actriz a la edición estadounidense de la revista Vogue.
Y no podría estar más en lo cierto ya que con tan solo 23 años Jennifer Lawrence puede presumir de tener un Óscar a la mejor actriz por su actuación en 'El lado bueno de las cosas', menos de un año después de ver cómo su carrera en la interpretación se veía catapultada por su aclamada participación en 'Los juegos del hambre'.
Sin embargo, y a pesar de haber conseguido su tan ansiada fama no lleva bien sus consecuencias. "No quiero sonar desagradecida pero estoy pasando por un momento de crisis últimamente. De la noche a la mañana parece que todo el mundo tiene derecho a saber hasta el más mínimo detalle de mi vida, incluido lo que hago durante los fines de semana, momento que dedico a pasar tiempo con mi sobrino. Y parece que no tengo derecho a decir: 'Estoy con mi familia, respétame'. Si fuera una chica de 23 años normal y corriente y llamara a la policía diciendo que había hombres durmiendo y acechándome en el jardín de mi casa y que me siguen incluso a Starbucks, se dispararían todas las alarmas y entrarían en acción. Pero resulta que, como soy una figura pública, tengo derecho siempre a la misma respuesta: 'Bueno, señora, lo sentimos mucho pero no hay nada que nosotros podamos hacer'. No tiene ningún sentido", admitió la joven intérprete.
Y aunque esta sea su nueva realidad, Jennifer se rebela contra ella admitiendo que jamás aceptará el acoso mediático."No me gusta ni quiero acostumbrarme a ello. Es tan simple como eso. Soy una chica normal, un ser humano. Y no he estado en este mundo lo suficiente para aceptar esta presión mediática como mi nueva realidad. Y creo que nunca voy a conseguir verlo como algo natural", se sinceró.
LETTER