La novia del príncipe Enrique de Inglaterra, Cressida Bonas, ha aceptado un trabajo de oficina en una prestigiosa firma de Londres, dejando así a un lado su pasión por la danza, una profesión que podría no estar bien vista para una futura princesa. "Cressida trabaja ahora como asistente personal en una oficina del West End. No quiere hacer nada que pueda avergonzar al príncipe Enrique. Creo que se sentía incómoda con las fotografías publicadas a principios de año en las que se le veía bailando", declaró una amiga de la guapa rubia al periódico Mail on Sunday.
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Todo apunta a que la relación entre Enrique y Cressida está cada vez más consolidada e incluso podrían tener planes de boda. "Cressida ha dado un cambio radical. Está rendida a los pies de Enrique y él es lo primero ahora. Ya no tiene miedo al circo que rodea a la realeza", declaró una fuente.
Cressida, de 24 años, estudió danza durante cuatro años, primero en la Universidad de Leeds y más tarde en el Conservatorio de Música y Baile Trinity Laban, en Greenwich (Londres), pero finalmente el amor parece haber acabado con esta carrera.