Encajes, puntillas, sedas, tules y rasos quedan ideales en tu lencería, ¿verdad? Debes tener en cuenta que no son como otras prendas, sus tejidos son extremadamente delicados y debemos darles un cuidado especial. A continuación te mostramos las reglas de oro para conservar la ropa interior en buen estado, pero antes echa un vistazo a estas novedades de lo más primaverales. ¿Quieres que tu lencería luzca así?
¿Cómo y dónde guardarla?
Guarda la lencería en un cajón aparte. Es preferible poner estas prendas separadas del resto de la ropa. Sus tejidos son proclives a sufrir rasguños que pueden echar a perder cualquier braguita o sujetador. También puedes doblarla entre papeles de seda o ponerlas en bolsitas de algodón.
¿Abres el cajón y nunca encuentras lo que buscas? ¿Eres incapaz de mantener tu ropa interior ordenada? El truco es muy sencillo. Para las braguitas el único secreto es una buena dosis de paciencia, para doblarlas correctamente y guardarlas apiladas. En cuanto a los sujetadores, debes tener en cuenta las copas. Lo más correcto para evitar su deterioro es introducir una dentro de otra, de forma que los aros formen un círculo. Para los rebeldes sujetadores con push-up que se resisten a ser doblados, podéis optar por dejarlos abiertos y ordenados en cajas para evitar que se deformen.
Lavado
Leer las etiquetas es lo primero y más fundamental. Sólo ese pozo de sabiduría que son las madres parecen entender esa simbología encriptada contenida en las etiquetas y los programas de lavadora. Pero hay que hacer un esfuerzo porque, como dirían ellas, "ya somos mayorcitas".
La eterna pregunta: ¿lavado a mano o a máquina? Aconsejamos, si es posible, lavar siempre la ropa interior a mano, con un detergente que cuide la ropa y sea especial para prendas delicadas. En caso de que laves tu lencería a máquina, sigue nuestros consejos si no quieres llevarte un disgusto y que la lavadora se convierta en tu peor enemiga. En primer lugar, utiliza SIEMPRE un programa para ropa delicada. Además, es conveniente guardar la ropa interior en unas bolsitas especiales para el lavado: por una parte, evitarán el roce con otras prendas y, por otra, que los aros de los sujetadores dañen la lavadora.
Temperatura del agua: Nunca debe superar los 30º a máquina y un “frío-templado” si lavas a mano. El agua caliente deforma y agranda las prendas, así que no sometas tus braguitas a ese sufrimiento.
Nunca centrifugues la ropa interior: puede deteriorar los aros de los sujetadores y hacer que el relleno se estropee.
Secado
Las secadoras se unen al grupo de enemigas de la lencería. Desgarran las fibras y sus altas temperaturas, como hemos dicho, no hacen buenas migas con la salud y la integridad de nuestras prendas más íntimas.
Procura secar tus prendar al aire libre y, muy importante, evita la luz directa del sol porque acabará desgastando los colores.
Ni se te ocurra retorcer las prendas delicadas muy mojadas. Estíralas sobre una toalla hasta que absorban la humedad.
Las prendas de lencería son las grandes olvidadas de la colada y, precisamente, las más expuestas a los lavados por ser de uso diario. No te olvides de ellas y dales el cuidado que merecen. No te aseguramos que llegues a parecerte a un ángel de Victoria´s Secret, lo que sí te prometemos es que te sentirás más guapa con tu ropa interior impoluta.
Y además...
Sujetadores con relleno: ¡fuera complejos!
12 cosas que solo entenderás si tienes poco pecho
LETTER