Tras una mujer de éxito, casi siempre hay una Spanx. De Beyoncé a Kim kardashian, e incluso aquellas que parecen no necesitarla, como Kristen Stewart, no hay ni una sola famosa en Hollywood que no la use. Sin embargo eso no significa que llevar una Spanx sea siempre tan fácil como parece. Reconócelo, seguro que recuerdas alguna que otra aventura junto a tu fiel amiga.
1. Decidir cuál comprar
Una vez has tomado la decisión, te encuentras con que hay decenas de tipos... ¿Cuál vas a elegir? Corta, larga, que te cubra hasta la rodilla, que sólo sea braguita... ¡Por qué tiene que haber tantas!
2. La talla
Es imposible aclararse. ¿Qué significa de la S a las 3X? ¿Por qué no simplemente las califican como pequeña, mediana y grande? ¡Pero si precisamente vamos a comprar una Spanx para olvidarnos de la talla! Y por supuesto, al final elegimos mal...
3. ¿Nude o blanco?
Miras ambas, suspiras y al final, te llevas una de cada. Típico...
4. Llega el momento de ponértela...
Allá vamos. Primero una pierna, luego otra. Vale, ahora ya sólo tienes que subírtela. Pero, espera un momento, ¿por qué decidiste ponerte crema hidratante justo antes de ponértela? Respira hondo porque necesitarás tiempo y paciencia.
5. Luchando con ella
Vale, has conseguido ponértela, y ahora toca acostumbrarte. Comienza la lucha. Esperemos que ganes tú.
6. Ajustártela
Cuando llega este momento ya tienes la cara roja, estás sudando y quizá te hayas hecho una rotura fibrilar en las manos. Pero prepárate, ahora toca ajustarla. Aguanta la respiración.
7. Un vistazo en el espejo
Llega el momento de la verdad, te enfrentas al espejo y cuestionas si esto funciona de verdad. ¿Realmente me hace más delagada? Mujer de poca fe, espera a vestirte y verás.
8. El momento Bridget Jones
¡Oh dios mío! Te das cuenta de que funciona, ¡estás perfecta! La Spanx te ha transformado.
9. Dudas
Empiezas a preguntarte si es suficiente o todavía podrías parecer más esbelta. ¿Deberías ponerte otra para la parte superior del cuerpo? Tranquila, todo en exceso es malo, hasta una doble Spanx.
10. Comienza el pánico
Escuchas pasos tras la puerta ¿has utilizado el pestillo? Comienzas a entrar en pánico, porque nadie, absolutamente nadie puede verte así.
11. Te maldices por necesitarla
De pronto, te culpas a ti misma: ¿Por qué no fui a aquellas clases de spinning? ¿Por qué me comí el segundo cupcake?
12. Ese sentimiento maravilloso
Una vez que te has conseguido meter en ese fabuloso vestido, te das cuenta de que la Spanx es tu mejor amiga. El esfuerzo ha merecido la pena.
13. La Spanx puede salvar el mundo
De pronto, empiezas a pregunarte si la Spanx podría resolver más problemas. ¡Claro! Es maravillosa.
14. El momento 'selfie'
Ya que has sido capaz de ponértela, vas a hacerte todas las fotos del mundo presumiendo de figura. Mereces muchos likes en Instagram.
15. ¿Se está moviendo?
Ups, ha llegado el momento en que la Spanx se mueve de su sitio. Se desliza hacia un territorio nada cómodo. Oh dios mío...
16. Siéntate con muchísimo cuidado
Un consejo, asegúrate de que la Spanx no es más larga que tu vestido, porque si no, no vas a poder esconderla. Sin embargo, después de un par de copas quizá se te olvide que la llevas, así que... ten mucho cuidado al sentarte o serás descubierta.
17. ¿Cuándo llegan los cumplidos?
¿Hola? Estás fabulosa, ¿qué pasa, acaso nadie se ha dado cuenta?
18. Decides que puedes tomar un canapé extra
Porque llevas una Spanx, así que ¡las calorías no cuentan!
19. Pasas todo el día colocándola en su sitio
Si te dieran un euro por cada vez que tienes que colocártela serías rica.
20. Ese nuevo michelín
La Spanx es fantástica, pero todo lo que te sobra tiene que ir a algún sitio. Sí, por desgracia se te ha formado un nuevo michelín bajo el pecho. Esto es el cuento de nunca acabar...
21. Algo no va bien
Después de tantas horas con ella, definitivamente algo no va bien con tus órganos internos. ¿Se están aplastando? ¡Quítatela!
22. Te entran ganas de ir al baño...
Llevas horas sin ir al cuarto de baño, definitivamente la Spanx es un gran entrenamiento para tu suelo pélvico.
23. ¿Y si conoces a alguien?
No pasará absolutamente nada. Spanx tiene diseños muy sexies que siguen moldeando tu cuerpo mientras te permiten sentirte atractiva. ¡Han evolucionado muchísimo!
24. Al fin. Llega el momento de quitártela
La mejor sensación del mundo.
LETTER
Y además:
Cómo elegir el sujetador perfecto
¡Lencería sexy!: haz que suba la temperatura