Gabardina, Moschino; calcetería, Emilio Cavallini; ligas, Melissa Levy; zapatos Alexander Wang. Para él: Trench, 99 Dreams; pantalones, Prada; zapatos, Church’s. Así visten los modelos de una de las imágenes más impactantes del reportaje "Cinematic", portada de este mes de la revista Vogue Italia.
No es la primera vez que Franca Sozzani juega con la provocación, a través de la moda, para hablar de temas como el prejuicio racial, el ecologismo o la rehabilitación de las drogas. Considerada por algunos como La rebelde de la moda, la directora de dicha publicación no ve en estas fotos tal provocación sino una forma de remover conciencias: "Vendemos un sueño porque somos una revista. Vogue es el sueño, ¿no? Pero, al mismo tiempo, podemos dar a la gente la oportunidad de tener una voz para la conciencia. No se trata de una provocación, en absoluto", señala al diario inglés The Independent.
LETTER
"Creo que la moda es un buen medio para hablar sobre este tipo de problemas. Si se utiliza de la manera correcta puede llegar a todo el mundo", continúa. Sin embargo, y visto lo visto, las fotografías no expresan la buena intención de la directora y son, de todo, menos correctas. Esa "glamurización" de la violencia no ayuda a las mujeres maltratadas sino que fomenta una belleza del maltrato que, desde luego, no se ajusta a la realidad. ¿Una mujer maltratada se sentiría identificada al ver estas fotografías?
El reportaje de Steve Meisel crea una película de terror basada en las míticas películas de Hitchcock y Kubrick, Psicosis y El resplandor, donde las modelos visten perfectamente a la moda y donde no falta accesorio alguno.
Rocío Ponce, periodista de moda, señala: "Es de muy mal gusto utilizar unas fotografías donde prima más lo que lleva la modelo que lo que se intenta denunciar. Es una frivolización de un problema real que afecta a muchísimas mujeres de todo el mundo. Alguien como Sozzani debería defender la moda y no aumentar la imagen de frivolidad que se tiene de ésta".
Una opinión a la que se une Sagrario Mateo, Presidenta de APRODEMM: “Me parece una manipulación perversa de la violencia de género. Pone una vez más a la mujer en la "picota" respecto del hombre. En estas fotos, la igualdad y el respeto brillan por su ausencia. Lo veo casi como una apología al terrorismo de género. La juventud puede ver con estas imágenes que la violencia de género es un juego, una fantasía, algo "de broma". Sin embargo, la realidad se impone: la violencia de género es algo muy serio que se vive de forma angustiosa y con mucho miedo. Posiblemente sus ventas se disparen, eso es lo que la revista quiere, pero ha hecho un flaco favor a las mujeres. A las miles de mujeres, millones de mujeres de todo el mundo que sufren diariamente violencia de género. Me parece una frivolidad”.
Sin embargo, Vogue Italia se defiende: “Queremos apoyar un mensaje de civilización contra la barbarie. Poco importa si corremos el riesgo de elevar una polvareda mediática o críticas por parte de los medios. Poco importa si somos acusados de utilizar un problema tan importante para llenar espacios en periódicos y revistas. Nos interesa que, aunque solo sea una decena de mujeres al día, reciban nuestra proximidad. Que se sientan estimuladas para actuar y denunciar y que ellas mismas ayuden a mujeres en dificultades. Todos sabemos, y nosotros también en Vogue Italia, que estamos de su parte. Condenando absoluta y radicalmente la violencia en cualquiera de sus fórmulas. Una conciencia que nos impulsa a hacer ruido en nuestro propio camino para llegar a ser , por qué no, un verdadero manifiesto. Hay situaciones que raramente se encuentran en las revistas de moda, como si hubiese una especie de silencio psicológico donde se intentase evitar la compatibilidad de situaciones sociales extremas, eventos tales como los desastres, las guerras y las noticias, con el ADN de la publicación. Este tipo de informaciones son casi, por principio, dejadas de lado porque son temas demasiado fuertes. El (pretender) no verlos parece un modus operandi aceptado por las publicaciones de moda; lo que las hace cómplices de abstraerse de la vida cotidiana, como si estuvieran viviendo con los ojos cubiertos por una de esas máscaras que te pones para dormir por la noche en el avión".
Un reportaje que llega justo cuando en España se ofrece un duro dato: sólo 11 de las 54 asesinadas por violencia machista en 2013 habían denunciado.
*TELÉFONO CONTRA EL MALTRATO 016
Servicio telefónico de información y de asesoramiento jurídico en materia de violencia de género
El teléfono 016 no deja rastro en la marcación ni en la factura y es gratuito