Que conste que no somos perezosas, ¡tan solo nos aferramos a la ciencia! Y al parecer, ésta apuesta por menos horas de trabajo para lograr un mayor rendimiento. Este dato se suma al debate abierto sobre la dificultad de conciliar la vida laboral con la familiar en nuestro país. Y es que España se sitúa a la cabeza de los países europeos con jornadas de trabajo más largas: 1.686 al año, 300 horas más que países como Alemania o Austria, según datos de la OCDE.
Científicos de la Universidad de Melbourne han publicado recientemente un estudio que sostiene que, a partir de los 40 años, lo ideal sería trabajar unas 20-30 horas semanales (uno tres días) para aumentar así la productividad y el rendimiento.
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Para llegar a esta conclusión, los científicos australianos que idearon este estudio, titulado El efecto de las horas de trabajo en la capacidad cognitiva, hicieron un seguimiento de 6.500 personas, hombres y mujeres, mayores de 40 años. Estudiaron sus hábitos de trabajo y les hicieron pasar algunas pruebas cognitivas. ¿El resultado? Los investigadores observaron que las personas que trabajaban menos de 25 horas semanales obtenían mejores resultados que aquellos que tenían una jornada completa de ocho horas diarias.
Las respuestas de estos últimos se obtuvieron peores resultados, aunque aún más malos fueron los de las personas que no trabajaban en absoluto. Como conclusión, se ha observado que el trabajo ayuda a estimular el cerebro, pero en exceso, puede fatigar la mente y dañar las funciones cognitivas, haciendo así que seamos menos productivas en nuestro puesto de trabajo.
"Trabajar entre 25 y 30 horas a la semana tiene un impacto positivo en la capacidad cognitiva de los hombres (...) y entre 22 y 27 horas para las mujeres", explica el estudio. Esto reafirma uno de los lemas más sabios que existen: ¡trabaja para vivir, no vivas para trabajar!
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