Mahboob nació en Afganistán, país en el que se crió durante sus primeros años y del que tuvo que huir después, junto con su familia, por la llegada de los talibanes al poder. Para muchas niñas afganas, su futuro está escrito prácticamente desde el día en el que nacen: están destinadas a vivir una vida basada en el consentimiento de los hombres y en la falta de oportunidades. Esto es lo que Roya Mahboob se propuso cambiar: cuando la joven descubrió Internet y sus infinitas posibilidades, su vida cambió.
La joven consiguió acceder a la universidad, donde se licenció en Ciencias de la Computación y se convirtió en la primera CEO afgana de una empresa tecnológica: Afghan Citadel Softwarem, una consultora de soporte global en tecnologías de la información. Con los beneficios que obtuvo con esta empresa (genera unos 400.000 euros anuales), Mahboob fundó Digital Citizen Fund, una fundación orientada a financiar la alfabetización digital de niñas afganas entre 12 y 18 años. Gracias a este proyecto, unas 2.400 chicas asisten a cursos educativos. Además, esta emprendedora también ha creado una plataforma educativa para niños y un espacio en el que las mujeres de su país pueden expresarse a través de vídeos, blogs o fotografías. Una oportunidad para que puedan asomarse al mundo y demostrar lo que valen.
No hay duda del compromiso que Mahboob tiene con las mujeres y los niños de Afganistán, un país que, a cambio, le ha pagado con el exilio.
"Cuando tenía 16 años, una amiga me propuso que le acompañase al primer cibercafé que existía en Herat (Afganistán). Cuando entramos en la cafetería, solo había hombres. Era algo muy extraño que dos mujeres quisieran entrar ahí y hablar sobre ordenadores e Internet", cuenta Mahboob en una entrevista para Vodafone One y El País.
Desde el año 2014, esta joven empresaria vive exiliada en Nueva York tras recibir amenazas de muerte de varios grupos conservadores de su país. "Al principio tenía mucho miedo de estos mensajes porque pensé que podían venir directamente de los talibanes, pero luego pensé que no podían ser ellos, porque los talibanes no suelen hablar inglés bien", cuenta Mahboob con una nota de humor. "Espero poder volver algún día a mi país para siempre y poder trabajar con mi gente".
Mahboob asegura que uno de los principales motivos que le llevó a crear sus empresas y fundaciones, es el deseo de darle la oportunidad a las mujeres y niñas de países en vías de desarrollo de poder conocer el mundo. "Muchas de ellas están desconectadas de la realidad que hay más allá de su casa. No ven otras oportunidades".
A través de las plataformas digitales, esta emprendedora aporta a las mujeres afganas ideas, educación y recursos para que puedan labrarse un futuro mejor, ser independientes y autosuficientes. Aunque a pesar de su labor, Mahboob afirma que no se considera una activista, pues, dice que ellas están totalmente centradas en esa labor: "Simplemente creo que como mujer de negocios también puedo aportar mucho".
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