Melanie Costa, exultante, miró el cronómetro en cuanto tocó la pared y no se podía creer la marca que acababa de firmar. La española, por fin, había dejado atrás su mala suerte que le dejó en los Juegos Olímpicos de Londres a muy poco de la final. Costa, octava en esta misma prueba en el Mundial de Shangai de 2011, fue novena en las series de 400 y 200 libre.
Se desquitó y lo hizo a lo grande, batiendo el récord de España de Mireia Belmonte en la clasificación y volviéndolo a conseguir en la final. Hasta la fecha, el máximo logro de la española había sido la medalla de oro conseguida hace un año y en esta misma prueba en los Mundiales de piscina corta disputados en Estambul.
Ledecky, oro en los 800 libre en los pasados Juegos Olímpicos de Londres, dominó la carrera desde la primera brazada. Nadó tres cuartas partes de la prueba por debajo del récord del mundo de la italiana Federica Pellegrini (3:59.15/ 26 julio 2009) y aunque no consiguió superarla, se aproximó muchísimo.
La joven norteamericana, nacida en Washington en 1997, paró el crono en 3:59:82 y consiguió nuevo récord americano. Por su parte, Costa se colocó a rebufo de la norteamericana y ya se situó segunda desde los primeros 50 metros. Al final acabó en 4:02:47 y no vió peligrar en ningún momento su segunda plaza, a pesar del sprint final de la neozelandesa Boyle, que fue bronce con 4:03.89. La medalla de Costa es la octava de la delegación española en este Mundial, que hasta ahora había conseguido siete medallas en natación sincronizada.
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