Aunque el avance de las mujeres en el ámbito laboral aumenta gradualmente, parece que aún nos queda un largo camino hasta conseguir una igualdad de género plena, especialmente en lo que se refiere a los puestos directivos de trabajo. Los últimos datos publicados por el EIGE no son demasiado optimistas en cuanto a la representación política femenina: menos de un tercio de mujeres tienen un alto cargo en los parlamentos europeos.
El año pasado, ellas ocupaban un 27% de los puestos de toma de decisiones políticas en los parlamentos nacionales, y un 32% en los regionales. Este año, la cifra de representación apenas ha variado y la mayoría de altos cargos dentro del gobierno los siguen ostentando hombres. Un tercio de las mujeres trabajan en ministerios o en secretarías nacionales.
En cuanto a decisiones económicas, los datos tampoco son esperanzadores: solo una de cada cinco mujeres forman parte de los órganos de toma de decisiones de los bancos centrales. Aunque no todo parecen ser malas noticias: en los últimos cinco años, la proporción de juezas en los Tribunales Supremos ha incrementado un 3%.
Con datos como estos, el lento avance de la mujer en los distintos ámbitos laborales se está convirtiendo en algo frustrante. La directora de EIGE ha afirmado que la Unión Europea está trabajando en el desarrollo de iniciativas políticas y legislativas para hacer frente a esta desigualdad: "Pero para ello, es preciso hacer frente a los estereotipos y normas que afectan al rol de la mujer en la sociedad", ha aclarado.
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