A finales de la semana pasada, Evo Morales proclamó al general Juan Durán Flores como nuevo máximo jefe de las Fuerzas Armadas y, por primera vez, a una mujer, Gina Reque Terán, como jefa de Estado Mayor. Un cargo que hasta ahora solo había sido ostentado por hombres y que supone un cambio importante en la lucha por la igualdad de género en el país latinoamericano, donde las cifras de violencia machistas son algunas de las más altas del continente.
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La nueva jefa de Estado es boliviana, tiene 53 años y es hija de del militar Luis Reque Terán, el comandante que dirigió a los militares en la captura y ejecución del guerrillero Ernesto "Che" Guevara, en 1967. Reque Terán ha sido una mujer pionera en su profesión, pues el pasado marzo, coincidiendo con el Día de Internacional de la Mujer, se convirtió en la primera mujer en llegar al grado de general del Ejército.
Ahora ha sido ascendida a uno de los máximos cargos militares y ejercerá como tal durante un año y medio. “Como justo reconocimiento a la lucha y esfuerzo de todas las mujeres de Bolivia, sea indígena, campesina, profesional, de la clase media, a todas”, declaró Morales en el acto de nombramiento.
Se trata de un pequeño avance en el camino por la igualdad entre ambos géneros en Bolivia, donde la mayor parte del Ejército está constituida aún por hombres. Las mujeres fueron admitidas en las escuelas de formación oficiales del país en 1979 por primera vez, y desde los años noventa pueden hacer voluntariamente el servicio militar, el cual sigue siendo obligatorio para los hombres mayores de 18 años.
Violencia machista
Bolivia es uno de los países cuyas cifras de mujeres que han sufrido violencia de género superan a la mayoría de países de Latinoamérica. El 2015 ha dejado un total de 108 mujeres fallecidas a causa de esta lacra, la cual ha sido denunciada en los últimos años por la ONU y La Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH).
Las leyes promulgadas por el gobierno boliviano para proteger a las mujeres y luchar contra la violencia y discriminación parecen no ser del todo efectivas. Diferentes grupos feministas han lamentado que el aumento del poder de las mujeres no se haya producido también en el Gobierno, donde ayudaría a luchar contra el machismo que a veces el propio presidente, Evo Morales, difunde con sus polémicas declaraciones.
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