¿Sabías que a finales de los 80 un juzgado recriminó a una joven de 17 años llevar minifalda en el momento en el que su agresor la violó? Aunque a él lo condenaron, como es lógico, a ella la estigmatizaron con una culpa que no solo le duele a ella, sino que nos perjudica a todas nosotras. Y, aunque este caso fue sonado porque ocurrió ante la justicia, piensa ahora cuántas veces has oído comentar en tu ámbito personal barbaridades como:
Si iba así vestida y maquillada, ¿cómo no la iban a violar? O una aún mejor: Claro, si estaba borracha, seguro que ella quería que pasase.
Por desgracia, en algún momento de nuestra vida todas hemos escuchado estos argumentos denigrantes. Pues bien, ahora la Universidad de Kansas ha decidido acabar con estos clichés dañinos y ha abierto al público una exposición llamada ¿Qué llevabas puesto?, una de las preguntas que se le hace a una chica cuando cuenta que ha sido violada.
Así, desde la institución educativa han recogido los testimonios reales de 18 chicas que sufrieron una agresión sexual y, en base a sus palabras, han formado una exposición con una simulación de las prendas que llevaba cada una de ellas. ¿El resultado? Una recopilación de pantalones de chándal, camisetas, vestidos infantiles, equipaciones deportivas. Como ves, ropa que se aleja en gran medida de ese cliché absurdo de mujer provocando a un hombre.
Y es que, además de demostrar que la ropa no coincide con la que algunos asocian a las mujeres víctimas de una violación, nos debería hacer pensar en algo más. ¿Cómo podemos culpabilizar a una mujer que ha sido violada? ¿Cómo podemos encontrar un argumento para que recaiga sobre ella la culpabilidad ser abusada? ¿Por qué una mujer que se pone una falda corta o un escote está provocando a un hombre? La educación en igualdad es la base para cambiar estos prejuicios.
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