Tres días después de que descarrilara el tren Alvia en Santiago de Compostela, se empiezan a conocer las primeras hipótesis sobre las causas del accidente. Aunque por el momento las dos cajas negras se mantienen bajo custodia judicial, ya se ha realizado un primer análisis de las conversaciones mantenidas entre el tren y la sala, en las que el conductor afirmaba ir a más a 190 km/h en una zona limitada a 80 km/h.
El tramo por el que circulaba el tren en el momento del accidente no contaba con ERTMS, un sistema utilizado a nivel europeo que impide que el tren supere la velocidad máxima fijada para cada tramo. 300 metros antes de la curva donde se produjo el accidente, terminaba el sistema ERTMS y comenzaba el sistema ASFA, compuesto por señales de baliza que, cinco metros antes de cada señal, obligan al maquinista a obedecer la orden o el tren frena automáticamente. Lo que ocurrió fue que, antes de la llegada a la curva, no hay señal de baliza de este tipo de sistema, sino que está a la salida, por lo que el maquinista no recibió ningún aviso.
El conductor del tren se encuentra ingresado en el Hospital Clínico de Santiago bajo custodia policial y declarará en calidad de imputado. Los demás heridos están ingresados en diferentes hospitales de Galicia, donde han recibido las visitas de Doña Sofía y Don Juan Carlos, y la del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
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