A la luz de los datos arrojados por el Observatorio contra la Violencia de Género y Doméstica, el año pasado resultó nefasto en lo que se refiere a violencia machista. Según los datos revelados, durante 2016 casi 150.000 (142.893 para ser exactos) fueron las denuncias por violencia de género que se recibieron en los juzgados de nuestro país. Algunas de estas denuncias pertenecen a las mismas mujeres que se ven obligadas a denunciar una y otra vez el maltrato.
El estudio arroja más datos devastadores que confirman que esta lacra no ha encontrado barreras en nuestro país. De cada 10.000 mujeres españolas alrededor de 55 sufren algún tipo de maltrato por parte de sus parejas o ex parejas. Este ratio varía mucho dependiendo de la comunidad, con un preocupante 93 en las Islas Baleares y un esperanzador (aunque no deseable) 27 en La Rioja.
Entre tantos datos negativos, conseguimos sacar una lectura con matices positivos: un notable incremento de las medidas adoptadas por los juzgados para proteger a las víctimas. También han ascendido ligeramente las condenas a los maltratadores, lo que entendemos que es un paso más hacia la consecución de la verdadera justicia para las víctimas.
Con estas cifras en la mano solo podemos pensar, ¿qué es lo que está pasando? ¿Por qué las cifras no dejan de crecer? Y, por supuesto, ¿por qué hay mujeres que se ven obligadas a denunciar en varias ocasiones el maltrato sin que se disponga una solución efectiva?
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