El proceso se celebra en el salón de bodas de los juzgados de Santiago de Compostela, sala que también acogió el juicio de Asunta Basterra. En esta ocasión, la vista durará dos semanas y se juzgará al acusado, José Enrique Abuín Gey, conocido como El Chicle, de los delitos de secuestro, presunta violación y asesinato de Diana Quer, que entonces tenía 18 años.
En el juicio, que se celebra con jurado popular, declararán 50 testigos que guardan relación con el asesino o la víctima y 40 peritos, 15 de ellos, forenses. Entre los testigos, también declarará la mujer de El Chicle, que en las primeras investigaciones aseguró a la Guardia Civil que la noche en que tuvieron lugar los hechos no se separó del acusado.
Abuín ya contaba con antecedentes. En 2015, secuestró y violó a la hermana de su mujer, que entonces solo tenía 17 años. La denuncia se desestimó porque la familia de la víctima no ratificó sus declaraciones, alegando que la chica quería vengarse de El Chicle porque estaba enamorada de él.
Después de despistar a la Policia gracias a la coartada de su pareja en el caso de Diana y cuando esta llevaba casi 500 días desaparecida, en las navidades de 2017 Abuín intentó secuestrar a otra chica en Boiro, pero logró salir ilesa gracias a otras dos adolescentes que escucharon sus gritos. Fue esta agresión la que desencadenó su detención por las similitudes que guardaba con la desaparición de Diana. fue detenido ese mimso mes de diciembre.
Abuín fue el primero en entrar en la sala y en declarar en la mañana de ayer, interrogatorio que duró más de una hora. Aunque confesó el crímen, testificó que nunca fue su intención matar a Diana y negó de nuevo la agresión sexual. Aun así, no mostró el más mínimo arrepentimiento ni dolor.
La defensa de Abuín
María Fernanda Álvarez, la abogada de oficio que a El Chicle, pidió al jurado que se deshiciesen de la imagen de "asesino de mujeres, violador y depredador sexual" que habían creaado los medios de comunicación en torno al acusado y solicitó que únicamente utilizasen para su veredicto lo que escuchasen en la sala.
Desde que fue arrestado, Abuín ha dado distintas versiones en sus declaraciones. En primer lugar, explicó que fue un atropello accidental; en segundo lugar, que confundió a Diana con una feriante que le había acusado de robar gasoil. Lo que sí ha mantenido siempre es que fue un homicidio no intencionado y que no abusó sexualmente de ella. El procesado relató que después de robar una garrafa de gasoil se encontró de frente con Diana. En ese momento, la fiscal del caso, Cristina Margalet, le preguntó si no era cierto que en ese momento la amordazó, la metió en el maletero y la trasladó a la nave de Rianxo donde la violó y la mató. El Chicle negó que fuera así y que, en su lugar, agarró a Diana del cuello y apretó sin darse cuenta de la presión que hacía.
El testimonio de los forenses será fundamental para dilucidar si hubo o no agresión sexual, ya que sus exámenes aportarán las pruebas necesarias que apoyen o no la teoría que sostienen la Fiscalía y la acusación particular. Serán las cuatro mujeres y los cinco hombres seleccionados para formar el jurado popular los que decidan si hay fundamentos suficientes para acusarle de este delito.
La defensa también hizo referencia a esto argumentando que no se encontraban pruebas que apoyasen el delito de violación porque no las había. Y acusó al Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) de aferrarse "a un teorema matemático del siglo XVIII para hablar de las probabilidades de que Abuín violara a Diana. La fórmula no tiene catetos, pero parece dirigida a catetos". Con ello se refiere al teorema de Bayes, según el cual, en este caso y dados los antecedentes de Abuín, todo apuntaría a que El Chicle secuestró a Diana y la desnudó con la intención de violarla y asesinarla.
Durante su testimonio, además, Abuín hizo referencia al trato que se le dio con la intención de lograr su colaboración cuando fue detenido. Explicó que fue amenazado por la Guardia Civil con no volver a ver a su hija. La defensa, además, argumentó que no se enfrentaba a un caso común, "sino a una condena social de culpabilidad". Dirigiéndose al jurado, añadió: "No hablamos de justicia, sino de lunchamiento. ¿Queremos realmente eso?".
La acusación, por su parte, se reiteró en la peligrosidad del acusado para las mujeres para defender su tesis, y añadió que esta condena era un mensaje para la sociedad, motivos por el que pedían la prisión permanente revisable.
Diana Quer y otros casos de desaparacioes en España
Uno de los casos más sonados de desapariciones en España fue el de Miriam (14), Desirée (14) y Toñi (15), las niñas de Alcàsser a las que se perdio la pista el 13 de noviembre de 1992. Fueron encontradas el 27 de enero de 1993, asesinadas y enterradas. Los acusados de los crímenes fueron Antonio Anglés, que está desaparecido, y Miguel Ricart, que tras cumplir 20 años de los 170 a los que fue condenado, fue puesto en libertad. El caso se relacionó con una trama de secuestros, torturas y violaciones a niños y adolescentes para satisfacer los deseos de políticos y empresarios de Europa.
El mismo año en que las niñas de Alcàsser fueron secuestradas, 1993, desapareció Anabel Segura, una joven de 19 años. Fue asesinada por unos captores "aficionados" poco después de su desaparición, cuando no supieron qué hacer con ella como rehén. Los responsable, Felisa García, Emilio Muñoz y Cándido Ortiz, fueron detenidos el 28 de septiembre de 1995 en Escalona, Pantoja y Madrid respectivamente. Se derrumbaron durante el interrogatorio y confesaron dónde habían escondido el cuerpo: una fábrica de ladrillos en Numancia de la Sagra (Toledo). Tras pasar 20 años en prisión de los 43 a ños que había sido condenado, Emilio Muñoz fue puesto en libertad; El segundo fue liberado tras cumplir 20 años en prisión, el tercero murio en la cárcel.
En el 9 e octubre de 1999 desapareció Rocío Wanninkhof cuando se disponía a ir a la feria de Fuengirola. Fue encontrada el 2 de noviembre con ocho puñaladas a 28 kilómetros del lugar de donde desapareció. Dolores Vázquez, la expareja de la madre de ella, cumplió 17 meses en prisión sin ser culpable hasta que se encontró al verdadero asesino, Tony Alexander King, un depredador sexual que cumple hoy condena, además, por el asesinato de Sonia Carabantes y que no saldrá de prisión hasta 2059.
Esta joven, Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció durante una semana hasta que se encontró su cuerpo en un camino de monte en Monda (Málaga). El testimonio de los forenses determinó que sufrió una larga agonía como consecuencia a las lesiones y golpes causadas por King. Finalemnte, murió asfixiada con una camiseta que le rodeaba el cuello. En el juicio, el asesino se declaró culpable.
El 12 de diciembre de 2018 desaparece Laura Luelmo en El Campillo (Huelva). La joven de 26 años salió a caminar despues de mandar un último mensaje de WhastApp a su novio: "No sé si saldré a caminar, hace viento". Su desaparición se denunció al día siguiente y no se encontró su cuerpo hasta el día 17, durante la tercera batida que realizaba la Policía. El cuerpo presentaba signos de abuso y agresiones. Bernardo Montoya fue detenido y confiesa los hechos. El día de autos, estaba de permiso penintenciaro mientras cumplía una condena de 12 años por asesinato.
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