Muchas veces sientes la carga de tener que demostrar que eres igual o mejor que un hombre en tu puesto de trabajo; luchas contra el techo de cristal, los estereotipos y la encubierta discriminación laboral. Pero cuando llegas a casa, te encuentras que sobre tus hombros vuelve a caer todo el peso de la misma; es un peso de responsabilidad física y emocional. Quieres hacerte cargo de todo porque no ves que nadie lo haga y te agobia pensar qué sería de las tareas que hay que hacer si tú no estuvieses.
Por otra parte deseas que alguien te ayude y no ser tú la única persona que se ocupe de todo por lo que debido todas estas situaciones comienzas a sentirte cansada y desilusionada en tu trabajo y en familia.
¡De cuántas preocupaciones nos desprendemos cuando decidimos dejar de ser algo para ser alguien!. Coco Chanel
Además, tu trabajo te reclama cada vez más horas de dedicación: reuniones, viajes, preparación de documentación, gestión de equipos, empatía e influencia para superarte y superar las limitaciones que la cultura empresarial impone a tu progresión. Eso te agota y sientes que estás dejando una parte de ti por el camino y no tienes la seguridad de que el resultado sea el esperado, ni que sea lo que realmente quieres.
¿Qué puedes hacer para separar tu vida laboral del plano personal sin que ninguno de los dos se vea afectado?
Consejos para saber separar el trabajo del plano personal
>Establece claramente tus prioridades. Como en la película Un día inolvidable donde Michelle Pfeiffer determina, cuando entra en conflicto, cuál es la parte de su vida que debe atender en ese momento. Compaginar ambos ambientes de forma que satisfagas a los dos entornos es muy complicado. La primera persona a la que tienes que satisfacer es a ti misma y la decisión que tomes debe ser lo más acorde posible con lo que te haga sentir mejor.
>En el trabajo focaliza todos tus esfuerzos en lo que aporta valor a tu carrera y a la empresa. Saber decir NO para evitar una excesiva carga de trabajo es la clave para centrarte en lo importante y conseguir cubrir tus objetivos. La relación con las personas no debe primar sobre los objetivos marcados. Tú sabes hacerlo sin herir a las personas y manteniendo esa empatía que consigue que los demás entiendan tu posición. Aprende a delegar tareas en los demás y ayúdales a realizar un buen trabajo, esas personas te lo devolverán en forma de tiempo que podrás dedicar a obtener un resultado excepcional. Esto te aportará tiempo de calidad que necesitas y quieres dedicar a tu familia.
>Elimina interrupciones y planifica tu agenda en función de los eventos profesionales, pero también personales. Una agenda común te hará estar al tanto de lo que puedes abarcar. Tómate tu tiempo para descansar y hacer ejercicio; ambos harán que liberes tensión y te permitirán centrarte en tus objetivos. Sin tiempo para ti, todo acabará agobiándote; te mereces ese tiempo para hacer lo que quieras y mantenerte en forma. La excusa de “no tengo tiempo” es sólo para mantener el nivel de actividad al que estás acostumbrada y del que no ves forma de salir. Es como la historia del “pan duro”. Si cada día empezamos por comer el pan que sobró del día anterior siempre estaremos comiendo el pan duro. Debe haber un momento en el que cortes y comiences de nuevo; ese momento lo decides tú y puede ser hoy mismo.
>Sé creativa y usa tu capacidad de resiliencia para salir de los imprevistos. No importa todo lo que hayas priorizado y planificado tu agenda, siempre habrá sucesos a lo largo de tu vida que sean imprevistos y que te obliguen a cambiar e innovar en tu vida. Todos estamos sujetos al cambio, tanto las personas como las estructuras. Es lo que se llama “equilibrio dinámico”. No significa que todo esté quieto o que nada suceda. El hecho que no veamos moverse el agua no significa que no fluya. Aprende a mantener ese equilibrio comenzando por aceptar que todo cambia y nosotros estamos en continuo cambio. Aceptar eso es el primer paso para acompasar nuestra vida a los pequeños y grandes cambios que suceden en ella. Cuanto más te adelantes a ellos mejor, porque estarás preparada, pero recuerda que hay imprevistos y ante ellos deberás salir reforzada y transformarlos en victoria.
Seguir estas sencillas pautas será difícil al inicio porque estás atrapada por tus hábitos, pero cuanto más tiempo dediques a convertirlos en tu nuevo hábito, más recompensa recibirás al final.
Contenido elaborado en colaboración con Javier González, CEO y coach de www.magnacoaching.com
LETTER
Y además:
Mujeres #unfiltered: las reglas del juego han cambiado
Test: ¿eres una "mujer alfa"?