Anne Hathaway, la princesa del cine
Podría decirse que es algo así como una de las novias de América. Neoyorkina de nacimiento, Anne siempre ha estado íntimamente relacionada con la interpretación, y se crió viendo trabajara a su madre, actriz de teatro. Ha ganado todos los premios que pueda haber, Oscar, BAFTA, Globo de oro, hasta tiene un Emmy.
Desde que en 2011 se convirtiera en Mia Thermoplis, princesa de Genovia; Anne sólo ha visto ascender su carrera. Explotó su lado Disney con las dos entregas de Princesa por sorpresa, pero no se detuvo ahí, ya que quiso dar un paso más allá en su carrera, y se atrevió con papeles más arriesgados, para dejar de lado esa faceta más edulcorada.
Brokeback Mountain le ayudó a demostrar sus dotes interpretativas para el drama, incluso dejó ver su primer desnudo en el cine. Otro de sus grande éxitos de pantalla y que, seamos sinceras, todas hemos visto varias veces, es El diario viste de Prada (2007). La adaptación al cine del best seller de Lauren Weisberger, fue todo un taquillazo, y reforzó la carrera de su trío protagonista: Meryl Streep, Emily Blunt, y por supuesto, Anne Hathaway.
La actriz ha ido encadenando éxito tras éxito, y se ha atrevido con todos los registros: drama, comedia, musical... Anne se encuentra cómoda en todos ellos. Incluso en 2011 se lanzó a presentar la gala de los Oscar, acompañada del poco ortodoxo James Franco, que dejó a la pobre actriz bastante sola.
En 2012 contrajo matrimonio con Adam Shulman, y desde entonces se le ve más feliz que nunca. Es bastante común ver a la pareja paseando por las calles de Nueva York, donde han fijado su residencia.
Pero sin duda, la cumbre de su carrera profesional llegó de la mano del musical Los miserables, donde su corta, pero intensísima interpretación de Fantine, le valió el Oscar a mejor actriz de reparto, y toda una retahíla de galardones, que sirvieron para remarcar su talento, bien conocido por todos.
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