1. "¿Has hecho los deberes?"
Se ha convertido en una de tus preguntas diarias y razón no te falta para cuestionarlo, ya que no le has visto sentarse a trabajar en toda la tarde... ¿En qué momento los habrá hecho?
2. "¿No tienes nada que contarme?"
Por supuesto tu ya sabes a qué te refieres y tu hijo probablemente también, pero se trata de una excelente pregunta para sembrar en ellos el temor y hacer que confiesen.
3. "¿Tú quién te crees que soy? ¿El Banco de España?"
Cada vez que tu hijo te pide dinero para comprar cualquier cosa (especialmente caprichos). ¡No falla!
4. "Esto no es una habitación, ¡es una leonera!"
Cuando pasas delante de su habitación prefieres no mirar: su cuarto parece el escenario perfecto para rodar la secuela de Jumanji...
5. "Lo verde también se come"
No falla: cuando haces ensalada, ellos solo pinchan tomate, queso o aceitunas y mojan el pan en el aliño. Pero eso sí, la lechuga, ni tocarla.
6. "¿Tú me escuchas cuando te hablo?"
A veces parece que viven en su propio mundo interior y debe ser que allí no llega bien la cobertura, porque mira que le puedes repetir algo, ¡que a ellos siempre se les olvida!
7. "¡No me calientes!"
O tu versión extendida: "¡No me calientes la oreja!". Es la frase perfecta cuando se te acaba la paciencia y no quieres seguir hablando del mismo tema.
8. "¿Te has lavado los dientes?"
Una pregunta que repites especialmente por la noche: no sabes por qué, pero después de cenar siempre te entra una repentina preocupación por la higiene dental de tu hijo...
9. "¡¡Cómo vuelvas a... !!
Lo que sea. En esos puntos suspensivos puede caber cualquier amenaza que se te ocurra.
10. "No piques nada antes de la comida, que luego no te la comes"
Valga la redundancia, pero es así. Lo que tus hijos no saben es que tú también picas algo: unas patatas mientras ves la tele, unas aceitunas mientras preparas la cena.... pero, ¡shh!, ellos no tienen por qué enterarse.
11. "No te acuestes tarde que mañana hay que madrugar"
Sabes que aun así se acostará tarde y que mañana madrugará igualmente para ir al instituto, ¡pero hay algo en tu interior que te impulsa a decirlo! Es casi como el "Ten cuidadito" antes de salir de casa, ¡todo un must!
12. "¿Vas a salir otra vez?"
¿Es que no se cansan nunca de salir de fiesta? ¿Por qué no pueden quedarse una noche en casa? Así podrías dormir a pierna suelta sin preocuparte por nada...
13. "Te lo dije"
A veces no te gusta tener que decirlo porque no es plato de buen gusto que nuestros hijos se lleven una decepción o tomen una decisión equivocada. ¡Pero es que estas tres palabras salen automáticamente de ti!
14. "Ni peros, ni peras"
¡No hay excusa que valga!
15. "¡Un día de estos me voy de casa!"
Pero nunca lo harás porque, en el fondo, aunque tus hijos puedan sacarte de quicio, les quieres más que a nadie en el mundo.
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