La fotógrafa tailandesa con sede en Bangkok, Chompoo Baritone, intenta aportar luz dentro de la “explosión” de fotógrafos que, desde hace 4 años, parecen superpoblar el planeta.
Reconozcámoslo: A todos nos gusta gustar, sorprender, agradar e incluso dar algo de envidia con nuestras fotografías, pero no siempre somos buenos fotógrafos, tenemos una imagen interesante o la imagen reúne buenas condiciones de luz, color o enfoque.
Creamos una realidad inexistente repleta de contraste, mucha saturación y brillo y filtros, ¡muchos filtros! Cortamos, pegamos, quitamos, adelgazamos, ponemos músculos, quitamos imperfecciones…. Todo lo que sea necesario para que, cualquier parecido con la realidad, respecto a nuestro resultado final, sea mera coincidencia.
Mostramos solo lo que queremos enseñar aunque eso implique eliminar una dosis importante de realidad: idílicas playas desiertas que en realidad están abarrotadas de turistas, elegantes habitaciones que en realidad esconden el mayor de los desórdenes, bonitos jardines que en realidad son más bien huertos urbanos aislados en un oscuro trastero, comidas exquisitas rodeadas de manchas, envoltorios y restos que la cámara esconde…
Es el postureo 2.0. Una moda que vive por y para las apariencias, que juega a enseñar aquello que no existe y que, por tanto, nosotros tampoco disfrutaremos.
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