El merchandising es como ese compañero de clase que siempre pasa desapercibido. Se ha instalado en nuestras vidas poco a poco, sin hacer mucho ruido y sin que nadie le haga mucho caso. Como la botella de anís que nuestros abuelos guardaban en el mueble bar. Como los centros de electrofitness en cada esquina de tu barrio. El problema es que de vez en cuando algo se pone de moda con la fuerza de los mares, con el ímpetu del viento y de una forma sobrehumana, y lejos de ser inocentes figuras que se esconden en un Happy Meal, da la sensación de que esos productos lo invaden absolutamente todo.
Eso es lo que han hecho los Minions este verano. Y aunque al principio eran adorables, hemos sido capaces de pasar de la risa al llanto con algunos de estos loquísimos productos de merchandising. Cuidado, porque la fiebre amarilla está a punto de ser real. Y duele.
Porque todos adoramos a los Minions, sí, y nos han enseñado a vivir la vida un poquito mejor, pero teniendo en cuenta que en 2017 llegará Gru, mi villano favorito 3, y que después de que Los Minions se hayan convertido en la segunda película de animación más taquillera de la historia (solo superada por Frozen) corremos el riesgo de una sobredosis. Dosifiquemos.
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