A través de textos e impresiones sobre papeles fabricados a mano, la artista alemana establece una relación entre la imagen y el texto de manera que convierte las imágenes seleccionas en reflexiones y análisis filosóficos. El texto se presenta como un mensaje alternativo al preestablecido por las propias imágenes.Las instalaciones de neón y las piezas de espejos rotos hacen hincapié en el papel de la identidad y del sujeto, y en ellas la artista emplea el espejo como formador de la función del yo.
La muestra también incluye imágenes de algunos fotogramas emblemáticos de la historia del cine en los que Astrid Klein conduce a los espectadores a identificarse con los protagonistas masculinos de las películas, mientras que las actrices son codificadas para únicamente ser observadas.
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