El poeta nicaragüense siempre se ha considerado defensor de los oprimidos y de los pobres y, ayer en Madrid, mostró su grado de compromiso al denunciar la explotación que sufren muchos niños por parte de las compañías telefónicas en busca de coltán, un mineral gracias al cual se pueden fabricar los teléfonos.
Por ello, Ernesto Cardenal leyó El Celular, uno de sus poemas más recientes. Uno de tantos poemas comprometidos gracias al cual ha recibido este premio, dotado de 42.100 euros y que seguro sirve de ayuda para trasladar su propia revolución de las letras a la realidad.
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