El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo es el reciente documental de Netflix que te cautivará con sus historias a lo largo de los 3 episodios que la conforman. Este nuevo proyecto cinematográfico explora de manera detallada una disputa familiar relacionada con la fortuna, protagonizada por la accionista principal de L'Oréal, Liliane Bettencourt, y su hija única, Françoise Bettencourt-Meyers.
¿De qué trata esta producción?
Mediante una secuencia de entrevistas y varias investigaciones, el documental revela un problema familiar, originándose cuando Françoise Bettencourt-Meyers presentó una demanda argumentando que su madre, Liliane Bettencourt, carecía de un pleno uso de sus facultades mentales para liderar L'Oréal, y dicho conflicto se convirtió en un escándalo político que mantuvo en el foco de atención al gobierno francés durante varios años.
Según el documental, en 2007, Liliane Bettencourt descubre que su madre está conservando y gastando millones de euros en regalos para un fotógrafo llamado François-Marie Banier. Como resultado, decide presentar dicha demanda en su contra, resaltando la carencia mental de su madre, acusando además a su círculo cercano de aprovecharse de su posición económica, lo cual consideraba como una amenaza para L'Oreal.
La controversia aumentó cuando, después de una investigación, las autoridades encontraron que Bettencourt realizaba transferencias millonarias a Nicolas Sarkozy, quien ocupaba el cargo de presidente de Francia en ese momento. Todo se tornó más complejo al surgir acusaciones de un presunto fraude electoral y de recibir financiamiento ilegal a su partido político.
En 2011, Banier logró que su madre firmara un documento declarando que carecía de la capacidad para gestionar tanto L'Oréal como su fortuna. En el mismo, especificaba que él y sus dos hijos serían los tutores de Liliane. Actualmente, no se tiene información sobre cómo Banier logró que su madre firmara dicho acuerdo. Las personas cercanas al escándalo sugieren que tomó ventaja de su estado de salud para tomar posesión de sus activos.
Desde ese momento, Liliane perdió la capacidad para tomar decisiones, incluso en asuntos cotidianos, ya que todo quedó bajo el control de su hija. Posteriormente, aquellas personas que presuntamente se aprovecharon de Liliane Bettencourt recibieron condenas por influencia indebida y abuso.
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