1) Sabes que vas a limpiar como si no hubiera un mañana, pero te da pereza cambiarte, así que terminas limpiando con lo que llevabas puesto y poniéndote perdida.
2) Siempre llueve justo al día siguiente de haber limpiado los cristales de las ventanas.
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3) Cuando tu chico pasa el aspirador, jamás se acuerda de retirar los muebles o limpiar detrás de las puertas.
4) Empiezas a fregar y, no sabes cómo, terminas acorralada en un rinconcito...
5) Siempre limpias la casa justo antes de recibir a tus amigos. Craso error.
6) Mientras haces la casa, sueñas con que un día podrás pagarte una señora de la limpieza.
8) Todos los productos de la casa parecen maravillosos cuando los ves por la tele. Y luego los usas, no sirven para nada, y te entran ganas de hacer explotar la casa.
7) Tienes la impresión de que el resto hace la casa peor que tú. Pero no siempre es verdad...
9) Las esquinas de la funda del nórdico nunca están bien ajustadas. Jamás.
10) Te haces la pregunta del millón: ¿a dónde van todos esos calcetines sin pareja que salen de la lavadora?
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