Es recomendable que, siempre y cuando las circunstancias lo permitan, practiquemos deporte o algún tipo de ejercicio físico durante el embarazo, ya que mejora la salud de la futura mamá y le ayuda a aliviar la presión y el peso del embarazo, así como los dolores de espalda durante la gestación. Y si la natación es un deporte ideal para todo tipo de personas, ¿cómo no iba a serlo para las mujeres embarazadas? Ayuda a mejorar la circulación, aliviando así la sensación de piernas cansadas que se tiene sobre todo en el último trimestre, y su práctica habitual (con un día a la semana es suficiente) es ideal para favorecer también el bienestar durante los meses de embarazo.
La naturaleza nos prepara para dar a luz, y sólo hace falta dejarla obrar libremente para que un nuevo ser humano venga al mundo. Pese a ello el trabajo que implica dar a luz a un bebé conlleva un esfuerzo físico inmenso, y una de las mayores hazañas de una mujer. ¿Por qué no hacérselo más fácil a nuestro cuerpo? El AIPAP es un método de acondicionamiento general y pélvico en el agua que trabaja todos los músculos, tendones, ligamentos y articulaciones que intervienen en el parto. Además, te ayuda no solo a prepararte de forma física, sino también de manera psicológica para la llegada de tu bebé.
En total se trata de 10 sesiones de 50 minutos cada una. En total, 120 ejercicios que te ayudan a conseguir un parto con menos complicaciones y de manera natural. El 15% de los nacimientos requieren no se producen por el canal vaginal, sino por cesárea; muchos de ellos requieren una maniobra intervención quirúrgica porque se produce alguna alteración, lo que se conoce como partos distócicos. En cambio, los defensores de la natación durante el embarazo afirman que permite hasta un 98% de los partos naturales, con el bebé en la posición correcta y sin complicaciones, es decir, partos eutócicos.
Profesionales como matronas, fisioterapeutas y monitores deportivos pueden enseñarte a realizar el método AIPAP, para que descubras cómo puede ayudarte la natación a facilitar el parto:
Fortalece tus músculos, ligamentos y tendones
Durante el parto, se ponen a trabajar los sistemas de tu suelo pélvico, tus caderas... Un conjunto complejo de músculos, ligamentos y tendones, que deben realizar un gran esfuerzo coordinado. Las clases de matronatación pueden ayudarte a fortalecer esos tejidos, para que estén listos en el momento de dar a luz: deben poder oxigenarse, estirarse y provocar los movimientos de contracción necesarios para la expulsión del bebé.
Trabaja la respiración
Los ejercicios en el agua permiten a la futura mamá practicar diferentes tipos de respiraciones. En el método AIPAP, la mujer debe aprender a respirar en cualquier tipo de situación. El agua permite crear diferentes ambientes, cambios de ritmo... que permitirán a la mujer prepararse para saber respirar de manera coordinada con sus movimientos incluso ante factores estresantes, favoreciendo la relajación. El control de la respiración incluso ante el dolor y otros estímulos es fundamental durante el parto.
Aumenta la elasticidad
El parto implica la movilización de tres articulaciones básicas: lumbo-sacra, coxofemoral y sacroiliaca. Éstas deben permitir su máxima movilidad y amplitud para crear suficiente espacio pélvico. Según el matrón del Hospital General y Centro Ginecológico de Elda, es fundamental la rotación interna femoral, flexión de la cadera, nutación y contranutación sacra. Los movimientos estáticos no permiten llegar al máximo de esa elasticidad, algo que sí puede conseguirse mediante ejercicios acuáticos en la piscina.
Favorece la relajación
El ejercicio acuático no sólo favorece la biomecánica del parto, sino que además es un ejercicio placentero que permite a la mujer sentirse relajada y aliviar la pesadez de sus piernas. Si se acostumbra a esta sensación, le será mucho más fácil estar en ese estado cuando llegue el momento de dar a luz.
El método AIPAP está recomendado para cualquier mujer embarazada, y en cualquier trimestre del embarazo, siempre y cuando no esté contraindicado por el médico por necesidad de reposo. Además, aunque es relativamente fácil encontrar una piscina en la que cada semana se impartan clases de natación para embarazadas, si vives en un lugar donde no se oferta este tipo de actividad física, siempre puedes nadar por tu cuenta, siguiendo siempre las recomendaciones de tu médico. No es lo mismo que hacerlo con profesionales pero al menos notarás una mejora en la circulación y un alivio de la presión. ¿Te animas a probarlo?
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