¿Por qué aparece?
La hipertensión arterial en embarazadas puede comportar graves consecuencias. Si no se controla, puede provocar eclampsia o preeclampsia (dependiendo del estado de la enfermedad), una afección inmunológica en la que se ven involucrados el hígado, la placenta, el cerebro, el sistema cardiovascular y el hormonal. La enfermedad se detecta durante el tercer trimestre y puede provocar un parto prematuro.
Sus causas aún no se conocen del todo pero se barajan las siguientes tres: podría estar provocada por la placenta; podría ser de origen genético materno; o podría proceder de la madre y su entorno.
Las futuras mamás que sufran hipertensión incluso antes de estar embarazadas deberán someterse a un seguimiento especial.
¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas son, aparte de la evidente hipertensión, un edema difuso (provocado por la insuficiencia renal) y problemas neurológicos como la disminución de la agudeza visual, dolores de cabeza, etc.
Supervisión
La mejor prevención contra la eclampsia reside en un control frecuente de la tensión arterial. Si la madre sufre de hipertensión, el medico le prescribirá además un análisis de orina. Si la tasa de proteínas resulta elevada, existe riesgo de eclampsia.
Cuidados
El médico te recomendará un tratamiento contra la hipertensión, dosificado de tal modo que la tensión disminuya de forma progresiva para no reducir brutalmente el flujo de sangre en la placenta, lo cual resultaría peligroso para el bebé. Poco antes del parto, la futura mamá se someterá a un tratamiento por vía intravenosa.
Prevención
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Tú misma puedes tomar sencillas medidas de prevención adoptando simples medidas higiénicas de vida y dietética como, por ejemplo, comidas muy equilibras, no demasiado ricas en calorías, practicar alguna actividad física de forma regular, etc. Además, controlarse la tensión es un buen modo de poder intervenir de manera eficaz. Venden aparatos para tomarse la tensión en todas las farmacias.