¿Tonos rosa o pastel? Sabemos que el sexo del bebé no importa y que le querrás sea lo que sea, pero es normal que tengas ganas de saber si será un niño o una niña... igual que el 70 % de los padres.
¿En qué consiste?
Durante la vigésimo segunda semana de amenorrea el ginecólogo te realizará una ecografía morfológica para controlar el crecimiento, el comportamiento y la posición del bebé. Si quieres, podrá desvelarte el sexo del retoño. Puede equivocarse, es cierto, pero el margen de error es mínimo. La mayoría de los padres quieren saber si será niño o niña, pero si no es tu caso, es importante que lo especifiques.
Ventajas e inconvenientes
Ventajas:
Por diferentes razones, prefieres que sea un niño o una niña. Saberlo de antemano te dará seguridad y evitará una pequeña decepción el día del parto. También podrás adaptar el entorno a su sexo y te permitirá personalizar al bebé y llamarlo por su nombre. Podrás comprar ropita para cuando nazca, preparar su habitación e incluso los recordatorios para la familia.
Inconvenientes:
Desconocer lo que la naturaleza os depara hará trabajar vuestra imaginación y viviréis el embarazo con cierto misterio. Hoy en día, con estos embarazos tan controlados médicamente, ignorar el sexo del bebé puede ser un bonito modo de dar un poco de intriga y sorpresa a los nueve meses.
Los abusos
En Estados Unidos y en el Reino Unido es posible conocer el sexo del bebé durante la sexta semana de embarazo gracias a un análisis de sangre que detecta la presencia de cromosomas Y en la sangre de la futura mamá. Si el análisis da positivo querrá decir que espera un niño. Sin embargo, un diagnóstico tan precoz podría aumentar los casos de aborto en función del sexo del bebé, sobre todo en comunidades indias o chinas, en las que las niñas sufren una discriminación aplastante.
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