Una zona totalmente privada que albergará unas 1.200 casas pensadas en un 60% para solteros y en un 40% para familias son sus objetivos. "Queremos un diseño lo suficientemente inteligente como para poder ofrecer el producto al mejor precio", afirmaba Harald Müller, el gerente de LandProp, la rama dedicada a la construcción de Inter-IKEA, en una entrevista al periódico The Globe and Mail.
Un hotel y unas torres de oficinas completarán el barrio junto con un parking subterráneo de casi las mismas dimensiones que el propio vencindario. Las actividades sociales y las normas de comportamiento también estarán muy presentes entre los vecinos para los que Ikea quiere que se respire un aire de auténtica comunidad.
Esperamos ansiosas las primeras imágenes de la obra maestra de la multinacional que promete ser todo un proyecto arquitectónico.
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